El inoportuno indulto

Pocas cosas hay que conviertan en más poderoso al presidente del Gobierno (al margen de quién ocupe ese cargo en cada momento) que la facultad que le concede la ley de interrumpir o reducir las penas de personas que hayan sido condenadas por los tribunales de justicia. Es cierto que existen algunos condicionantes para aplicar ese derecho, pero son tan laxos e interpretables que, en la práctica, el indulto depende en exclusiva de la voluntad del presidente.

Pedro Sánchez ha ejercido esa potestad en varias oportunidades. Lo hizo con Juana Rivas, condenada por desaparecer con sus hijos para evitar que pudieran estar con el padre. Y lo hizo con los líderes del proceso independentista. Dada la gravedad de delitos como estos, sería difícil explicar el motivo por el cual no debería concederse la misma gracia a José Antonio Griñán. Pero en este caso entra en juego una variable siempre determinante en política: el tiempo.

La concesión o denegación de un indulto requiere de unos procedimientos que suelen alargarse durante meses. Y meses es de lo que carece Moncloa para este asunto, porque en mayo de 2023 se celebrarán las elecciones municipales y autonómicas, y en noviembre o diciembre las generales. Conceder el indulto a un político que es, además, compañero de partido y por un caso que benefició largamente a ese mismo partido sería considerado como un autoindulto, cuyas consecuencias electorales son difíciles de valorar a priori, pero en ningún caso positivas para el PSOE.

En sus tiempos como líder de la oposición, Pedro Sánchez nos instruyó sobre la necesidad de «acabar con los indultos a políticos», porque hay que «ser implacable con la corrupción». Eran los tiempos de los casos que afectaban al PP. Ahora que la condena es por un caso protagonizado por el PSOE, el problema se vuelve extraordinariamente complejo en su gestión política, en su gestión emocional (al tratarse de un compañero de partido) y también en la gestión del calendario electoral.

Será interesante asistir al manejo que el presidente del Gobierno haga de este peliagudo problema. El precedente es interesante tenerlo en cuenta: el indulto a los independentistas no ha resultado gratuito para el PSOE.