Isidro Fainé
Canela fina | Fainé: Las empresas no son el enemigo a combatir
«La colaboración entre el sector público y el privado se debe conseguir a través del diálogo»
Fainé está considerado como uno de los economistas europeos de más alto prestigio en el mundo. Es un catalán, orgullo de España. Preside la Fundación La Caixa que destina más de 500 millones de euros todos los años a programas culturales, sociales, educativos y de investigación médica. Fainé es presidente también de la Confederación de Directivos y Ejecutivos, que agrupa a 155.000 profesionales. En su reciente Congreso anual, pronunció un discurso, ejemplo de sabiduría económica, inteligencia política y sentido de la realidad.
«Las empresas –ha dicho Fainé– no son el enemigo a combatir de la economía española, sino que forman parte de la solución». Entre los empresarios cada vez imperan más los valores en favor del progreso social y humano. La tecnología digital constituye un avance considerable, pero compromete en ocasiones la proximidad con el cliente. El afán de servir, según Fainé, debe prevalecer sobre el afán de vender.
«Como país –añadió el presidente de la Fundación La Caixa– necesitamos políticas públicas acertadas, ambiciosas y decididas en todos los niveles de la Administración. Y que las empresas no pierdan la confianza, sino que redoblen su compromiso con la creación de empleo y el crecimiento de la riqueza».
El programa europeo Next Generation propugna una ordenada colaboración entre el sector público y el privado. Eso se puede conseguir, según Isidro Fainé, a través del diálogo. Diálogo sobre los marcos reguladores sectoriales que robustezcan la seguridad jurídica y atraigan las inversiones; diálogo que contribuya a diseñar un equitativo sistema tributario en toda España; permanente diálogo social, en fin, con un pacto de rentas para lograr el clima de estabilidad social y laboral, imprescindible en toda la nación.
A la idea de Chomsky de que la economía es virtud en la pobreza, prudencia en la burguesía y vicio en la opulencia, Fainé añade que es necesario poner los pies sobre la realidad para superar la crisis que nos azota y la que se adivina alarmante en un próximo futuro. Ojos de centinela, sagaz trabajador, ajeno a las zahúrdas políticas, Isidro Fainé ocupa hoy un lugar en la cumbre económica mundial, pero nunca ha olvidado que es hijo de campesinos iletrados, que creció en una casa sin agua ni electricidad y que a los 13 años trabajaba en una tienda de reparación de bicicletas.
Luis María Anson, de la Real Academia Española.
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