Política
«En busca de la libertad»
El encarecimiento de la luz no se resolverá suprimiendo el sistema llamado marginalista
En este libro, subtitulado «El planeta en peligro», prologado por María Blanco y publicado por Gaveta Ediciones, Manuel Fernández Ordóñez reconoce los problemas medioambientales, pero demuestra que el clima ha sido utilizado para aterrorizar a la población con un inminente apocalipsis, y desactivar así sus resistencias ante las incursiones punitivas del poder: «Una disciplina eminentemente científica ha sido secuestrada por una miríada de políticos, grupos de presión, ONG y buscadores de rentas que viven al abrigo de alentar discursos catastrofistas e instaurar en la sociedad una falsa sensación de urgencia».
Es diestro en su crítica al maltusianismo y en su condena a las políticas de control de la natalidad, tanto de la dictadura comunista china como de la corrección política occidental de la ONU y tantos lobbies como Greenpeace.
En el campo de la energía es donde Fernández Ordóñez resulta más punzante y eficaz. Denuncia el fracaso de Alemania, que bajo la deplorable Merkel atacó la energía que menos contamina, la nuclear, frente a los británicos, que empezaron cerrando las centrales que más contaminan, las de carbón.
Nuestras autoridades, como era de esperar, sostienen que están libres de culpa, pero el autor pone el dedo en la llaga, mejor dicho, en las cuatro llagas que sí son culpa de los gobernantes: basar la estrategia energética en el gas; utilizar la factura de la luz como instrumento recaudatorio; cerrar las nucleares; y no contener el gasto público para acomodar los costes fijos del sistema eléctrico.
Pedro Sánchez y sus secuaces nos aseguraron que la luz se encarecía debido al sistema marginalista. Recordará usted la bobada de aquella ministra que sostuvo algo así como que se nos vendían las patatas al precio del caviar. De ahí vino la falacia de los «beneficios caídos del cielo», porque resulta que las nucleares ofrecían la energía casi a precio cero. En realidad, lo que eso significa es que las nucleares tienen costes variables bajos, mientras que las que consumen gas los tienen elevados. El encarecimiento de la luz no se resolverá suprimiendo el sistema llamado marginalista.
El doctor Fernández Ordóñez ilustra los defectos del intervencionismo en la energía y propicia el ecologismo de mercado, es decir, abordar los problemas medioambientales sin quebrantar los derechos de propiedad, y sin que la política imponga ganadores y perdedores por su cuenta.
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