Kamala Harris

Fatuos

La tortuosa gramática que usan algunos políticos por el basto (sí: con «b») mundo es más propia de un grupo de borrachos en WhatsApp que de un mitin histórico

El lenguaje que usan los políticos, aquí y allende los mares (y los males) tiende a la hinchazón, a la pompa sonora pero vana. Algunos de ellos, ellas y «ellis», hablan y adornan a la misma e insondable nada para aparentar que son corporativos, institucionales, inteligentes, profundos…, aunque bajo sus palabras solo se halle un extenso y petulante espacio intelectual vacante, cual hotel del Inserso en invierno.

Ahí está Kamala Harris, vicepresidenta del «imperio» (no en «La Guerra de las Galaxias, sino de ése que entresueña Maduro mientras espera su noctívago resopón). La señora con hombreras de jugador de rugby que nos ha desencantado a los humanos coloreados y/o paliduchos y/o desteñidos, la mandamás que podría callar, pero monserga cuanto puede. Hace poco, llevada por el afán de «parecer», dejándose el «ser» colgado de la percha junto a su abrigazo de diez mil dólares y tres yardas de solapas, declaró solemnemente que «USA y Corea del Norte son amigos de toda la vida». Dado que tiene lapsus más repolludos que Biden (que, al menos, es un jubilado simpático), es obvio que está sobradamente preparada para vicepresidir (lo que sea).

A los políticos marroquíes al menos se les entiende todo: aseguran que Melilla es un «presidio ocupado». Aunque más bien el presidio pareciese Marruecos, porque a Melilla todos los marroquíes quieren entrar, mientras que de Marruecos todos quieren salir. Y es fama que de los presidios se huye, no se conoce ningún penal al que todos deseen entrar… Menos mal que Marruecos es un aliado «fial», según uno de nuestros ministros, lo que resulta harto (pero que muy harto) tranquilizador. Eso, a pesar de que tenemos una guerra «a espuertas» de Europa, como advertía otro hace poco y que, «en términos de que sea invierno», ello acongoja cantidad. En fin, que la tortuosa gramática que usan algunos políticos por el basto (sí: con «b») mundo es más propia de un grupo de borrachos en WhatsApp que de un mitin histórico. Y que queriendo ponerse «institucionales» se lucen gaznápiros. Y que así vamos. Pardiez. Ea.