Salud y amor

Los regalos de sus majestades los Reyes Magos de Oriente ojalá estén relacionados con esos dos grandes deseos que todos tenemos: salud y amor. Ya lo dejó bien claro en una carta a los reyes, un niño de 11 años que sufre acoso en su colegio. Su madre la hizo pública para comunicar que pedía «amistad, “comprendimiento” y compañerismo».

Nadie sospechaba nada cuando el alumno empezó a decir que no quería ir al colegio. Después lo decía de forma reiterada. Al leer la carta de su hijo, propuso públicamente que los profesores conozcan los problemas y necesidades de sus alumnos más de cerca para evitar el drama del llamado bullying.

Dejar de cargar con la culpa, los miedos, las opiniones de los demás… es también un buen regalo de reyes. Pero lo más importante creo que es el optimismo. Alegría e ilusión por vivir es lo que, pase lo que pase, ha de florecer. Así nos lo mostró nuestra querida Elena Huelva cuyo legado ¡vamos a llevar a rajatabla!

Además de ayudar a conseguir que el cáncer sea de una vez una enfermedad prevenible y curable, Elena buscó visibilizar y apoyar a quienes pasen por lo mismo. Es vital concienciar sobre la necesidad de hacer diagnósticos precoces. Las donaciones de médula y de sangre salvan vidas.

Elena y tantas personas llenas de luz y esperanza que comparten su día a día conviviendo con alguna enfermedad, son inspiración para quienes se encuentran en situaciones similares. Como Noah Higón, quien muestra con una gran sonrisa su vida con siete enfermedades raras, y afirma que sin ciencia no hay futuro.

Somos la única forma de vida en la tierra que puede convertirse en un muerto viviente: sin ilusión, sin fuerza interior, estamos contribuyendo a que esa energía que todos tenemos se desperdicie. Sin embargo, siempre estamos a tiempo de aprender a VIVIR. Y tenemos grandes ejemplos, que incluso con menos salud, nos inspiran a ello.