Amancio Ortega

Alerta antifascista

Los estrategas de Moncloa han asumido como propia la alerta antifascista lanzada, a modo de fatwa, por sus socios de gobierno de Podemos

No todas las estrategias políticas funcionan con igual resultado en diferentes convocatorias electorales, de la misma manera que la estrategia militar eficiente en una batalla, resulta ineficiente en otra. Sin embargo, ocurre a menudo que los partidos insisten en aplicar determinados argumentos en sucesivas campañas electorales, cuando se han demostrado improductivos en ocasiones anteriores.

Es el caso de la alerta antifascista lanzada por la extrema izquierda para frenar el ascenso de todo lo que hubiera a su derecha. Desde que esa «llamada a filas» se puso en circulación, la derecha ha solidificado en las urnas sus gobiernos en Madrid, Andalucía o Castilla y León.

Estas realidades no han evitado que los estrategas de Moncloa hayan asumido como propia la alerta antifascista lanzada, a modo de fatwa, por sus socios de gobierno de Podemos. Y los dirigentes socialistas, empezando por su líder, han decidido aplicarla en este arranque de la precampaña para las elecciones municipales y autonómicas de mayo. Solo entonces comprobaremos el efecto que tiene esta vez. Solo entonces sabremos, por ejemplo, si el aborto resulta ser, como parece opinar el PSOE, un asunto que determine el sentido del voto de millones de españoles.

También entonces sabremos si el insulto a empresarios aporta réditos en las urnas, como opina Podemos. Su secretaria general ha acusado al responsable de una de las compañías más importantes del país de ser un «capitalista despiadado», al que responsabiliza del precio de los alimentos. Debemos colegir que si los precios bajan es gracias al Gobierno, y si suben es por culpa del despiadado capitalismo que ni siquiera el autodenominado «gobierno más progresista de la historia» ha podido frenar en estos años en el poder.

Estos lemas low cost tampoco han resultado provechosos para Podemos. Solo hay que recordar lo que ocurrió con las mareas gallegas: pasaron de tener 14 escaños en el parlamento gallego a ser fuerza política extraparlamentaria. Y eso ocurrió después de que el líder de Podemos insultara repetidas veces al dueño de Inditex, empeñado en utilizar parte de su fortuna en regalar carísimos aparatos médicos de última generación a los hospitales públicos españoles. Alerta.