
El trípode
A los 7 años: «¡Basta ya de sanchismo!»
El último episodio de esa trama de corrupción es destacable por cuanto los audios conocidos reflejan una conducta impropia de un gobierno digno de tal nombre en una democracia de un país occidental
Hoy se cumplen exactamente 7 años de aquel 2 de junio de 2018 en que Sánchez prometía el cargo de presidente del Gobierno, tras ser investido por el Congreso el día anterior, tras la moción de censura que el grupo parlamentario socialista había registrado el 25 de mayo, al día siguiente de una sentencia de la AN que condenaba al PP por el «caso Gürtel» de financiación irregular. Lo que «mal empieza mal acaba» y aquella moción se sustentó en un fallo sobre el partido que dos años después fue anulado parcialmente por unanimidad de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, y llevó al Gobierno a un PSOE derrotado estrepitosamente con tan solo 84 diputados. La defensa de la moción de censura –contra la corrupción– la hizo el diputado secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos, lo que ya es suficiente muestra de cómo empezó aquella aventura. El apoyo de Podemos con Pablo Iglesias fue decisivo, ya que estuvo cerca de un sorpasso al propio PSOE. Se sumaron los secesionistas catalanes y vascos, decantando la balanza el PNV, que se sumó finalmente con sus 5 diputados, alcanzando los 180 diputados frente a los 169 en contra y una abstención canaria. Fue la primera moción de censura ganadora de las cuatro debatidas. En su libro de memorias: «Me explico. De la investidura al exilio», Puigdemont narra una conversación con Sánchez que ya recién regresado al mando de Ferraz –de donde había sido cesado por su propio partido para impedir que hiciera lo que desde entonces viene haciendo–, que ya la tenía pensada y que esperaba que pasaran unos meses para presentarla. Así comenzó lo que actualmente ha llevado a España a una degradación política sin precedentes en nuestra reciente historia contemporánea. Los casos conocidos como Ábalos, Koldo, Cerdán, Aldama, Leire… A los que se añaden los que afectan a su esposa, su hermano y su fiscal general; son el reflejo de un gobierno que venía «para acabar con la corrupción». El último episodio de esa trama de corrupción es destacable por cuanto los audios conocidos reflejan una conducta impropia de un gobierno digno de tal nombre en una democracia de un país occidental, con Leire Díez dirigiendo una conducta literalmente mafiosa para silenciar a estamentos y personas incómodas para Sánchez, que había escrito su «carta a la ciudadanía» exponiendo que se retiraba unos días a meditar si valía la pena seguir (no precisamente) «sacrificándose por el bien común de los españoles». El domingo próximo, Madrid debe hacer eco de aquel Madrid que un día le dijo por las calles a ETA: «¡Basta ya!» Ahora, «¡Basta ya de sanchismo!».
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