Sin Perdón

Amnistía, Cercanías y 15.000 millones

«Por supuesto, todo aderezado con las humillantes concesiones sobre lo que Sánchez asume como un conflicto político»

Sánchez ha comprado el voto favorable de los diputados de ERC con una ley de amnistía que consagra la total impunidad de los independentistas, el traspaso integral de la red de Cercanías y la condonación de 15.000 millones de deuda. Han conseguido una gran victoria. Junqueras fue muy claro: «quien gana es Cataluña», aunque realmente son ellos. Estamos ante uno de los actos más indignos de la Historia de España. Ahora falta conocer el precio de Puigdemont, ya que la reunión de la cúpula de Junts en Bruselas finalizó sin ningún acuerdo. Como ERC se ha adelantado, los conmilitones del fugado de la Justicia necesitan pillar algo para mostrar que saben negociar. El acuerdo fue firmado de forma solemne entre Junqueras, condenado por sedición y malversación de fondos públicos, y Bolaños, ministro en funciones de la Presidencia, que es la figura política más importante del ejecutivo después de Sánchez. Entre las cesiones están, además, la creación de una comisión para «saquear» los bienes inmuebles del Estado y cederlos a la Generalitat. Otro aspecto muy importante es que la inversión pública programada en Cataluña se tendrá que ajustar «a la proporción de la economía de Cataluña en el conjunto del Estado medido en términos de PIB nominal».

En el tema del dinero, además de los 15.000 millones del FLA, se incluyen sablazos económicos para la financiación de los Mossos, la actualización de los módulos de valoración de los nuevos órganos judiciales, la financiación de servicios penitenciarios, al menos 150 millones para investigación y desarrollo y, finalmente, becas y ayudas al estudio. Por supuesto, todo aderezado con las humillantes concesiones sobre lo que Sánchez asume como un «conflicto político» que nunca se tuvo que judicializar. Ahora sabemos qué es lo que fueron para él los delitos contra el ordenamiento constitucional y estatutario. Nada que ver con lo que denominaba una rebelión o cuando se comprometía a traer detenido a Puigdemont para entregarlo a la Justicia. No son mentiras, sino cambios de opinión. Los delincuentes de antaño son ahora sus mejores amigos. No hay que descartar que pasen juntos la Navidad y profundicen en su amistad.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)