Tribuna
Arquitectura de calidad para cimentar un futuro digno
Ahora, más que nunca, la Arquitectura es un instrumento decisivo para mejorar el bienestar, la salud y la seguridad de las personas
Cada año, coincidiendo con el Día Mundial de la Arquitectura, octubre se convierte en el mes de la Arquitectura. Los más de cincuenta Colegios de Arquitectos que vertebran nuestro territorio programan cientos de actividades que dinamizan nuestros pueblos y ciudades, promoviendo y difundiendo entre la ciudadanía los valores de nuestra disciplina para el bien común. Además de todo ello, en esta ocasión, queremos reivindicar el papel determinante de la Arquitectura y de nuestros/as profesionales para proyectar, desde el presente en el que vivimos, un futuro digno al conjunto de la población en el que disfrutar de un entorno construido con alta calidad arquitectónica sea un derecho ciudadano real y efectivo.
En mayor o menor medida, los grandes retos globales que afrontamos –desde el cambio climático a la falta de vivienda digna y asequible o el aumento de las desigualdades sociales– tienen un impacto local innegable en nuestros pueblos y ciudades, y no están adaptados para ello. Casi el 60% de los edificios existentes en nuestro país necesitan una rehabilitación energética, además de otras mejoras acuciantes en materia de accesibilidad, conservación y funcionalidad, pero, además, según datos del Banco de España, hacen falta 600.000 viviendas nuevas hasta 2025 para equilibrar un mercado inmobiliario en el que cerca del 37,4% de la población que vive en régimen de alquiler a precios de mercado gasta más de un 40% de su renta disponible en vivienda, y el parque de alquiler social no llega al 2%, muy por debajo de la media europea.
La superficie visada para obra nueva y gran rehabilitación en el primer semestre de este año, según las estadísticas de los Colegios de Arquitectos, ha experimentado una evolución positiva, que confirma la importancia de contar con un escenario de estabilidad, seguridad y apoyo público, con estrategias a medio y largo plazo, para que las transformaciones profundas que necesitan nuestros entornos urbanos den respuesta, de forma óptima, a los retos actuales y a las demandas de la población del siglo XXI. Pero es necesario un impulso mayor.
Vivimos un cambio de época con desafíos y problemas complejos que exigen grandes consensos y estrategias a medio y largo plazo, complementadas con medidas a corto plazo para responder a situaciones de emergencia como las que se están evidenciando en determinados territorios como consecuencia de la escasez de vivienda asequible.
Como arquitectos/as, conscientes de la función social y del interés general que reviste nuestra profesión, estamos comprometidos/as con la transformación del parque edificado, la planificación de entornos resilientes, el cambio climático, la regeneración de tejidos urbanos que han quedado ya obsoletos y la proyección de vivienda nueva con los parámetros de rigor y calidad que exige un mundo en cambio, en el que la responsabilidad nos obliga a pensar en las próximas generaciones, que merecen la oportunidad de un futuro justo.
Ahora, más que nunca, la Arquitectura es un instrumento decisivo para mejorar el bienestar, la salud y la seguridad de las personas; para contribuir y favorecer la cohesión y la equidad social; para asegurar la protección del medioambiente y mitigar los efectos del calentamiento global; para reactivar zonas en declive demográfico, cerrando brechas territoriales, y para promover un desarrollo económico sostenible.
Pero el reto es colectivo. Requiere también el compromiso de las Administraciones Públicas a todas las escalas, la implicación de todos los agentes del sector y la participación activa de la ciudadanía para apostar, de forma decidida, por la calidad del entorno construido como conditio sine qua non de un bienestar duradero. Y esto, necesariamente, implica promover políticas ejemplarizantes, con concursos de arquitectura
–públicos y privados– que prioricen la calidad y dar oportunidades a las nuevas generaciones de arquitectos/as porque no se puede cimentar un futuro digno para todos/as, si los/as profesionales encargados/as de hacerlo no ejercen en condiciones dignas.
Porque, como recoge la Declaración de Davos, «todas las personas tienen derecho a experimentar, compartir y pertenecer al entorno cultural», en el Día Mundial de la Arquitectura, proyectamos el futuro ahora.
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