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Al portador

Balada incompleta y estival de los fijos discontinuos

Un fijo discontinuo es un trabajador con contrato indefinido todo el año aunque trabaje un solo día al año

Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999), gallego de Ferrol, iniciaba su fascinante «Saga/Fuga de JB», puro realismo mágico, realismo gallego, con los dos primeros versos de la «Balada incompleta y probablemente apócrifa del Santo Cuerpo Iluminado»: «No lo sabemos, no, no lo sabemos/ni lo sabremos nunca». Yolanda Díaz, vice segunda del Gobierno de Sánchez, es más de realismo socialista/comunista. Gallega de La Coruña, fue teniente de alcalde de Ferrol, aunque no consta que nunca tuviera mucha relación con el autor de la «Saga/Fuga», ya fallecido por entonces y afincado en Salamanca en la última etapa de su vida. La también conocida como Evita Perón gallega desde que llegó al Gobierno y cambió de estética, en un rapto de realismo mágico galáico, si bien inducido por terceros, llegó a creer que podía llegar a ser inquilina de la Moncloa. Fue, por otra parte, tras pelearse con Pablo Iglesias, el principio de su declive político, confirmado por el fiasco de Sumar. Ahora batalla –y para eso hará lo que tenga que hacer– para que el Gobierno de Sánchez aguante todo lo posible y ella con él.

Yolanda Díaz olvida el realismo socialista/comunista y se aferra al mágico-gallego-laboral que describen las estadísticas oficiales de los trabajadores o parados, porque sigue sin estar claro qué son los fijos discontinuos, tampoco en verano cuando todavía proliferan más. La vice, como el resto del Gobierno, presume de datos de empleo, que para eso es ministra del ramo. Sin embargo, sigue sin desvelarse la realidad efectiva –y no mágica– de esos fijos discontinuos. Un ex alto cargo vinculado al Ministerio de Trabajo de la época de Zapatero, lo describe con precisión. Explica que la legislación determina que un fijo discontinuo es un trabajador con contrato indefinido todo el año aunque trabaje un solo día al año. Un solo día de trabajo puede ser un caso extremo –los hay–, pero sí son frecuentes situaciones de unas pocas semanas, concentradas en verano, de empleo efectivo anual. Además, no se le puede considerar desempleado aunque cobre el paro. Los datos, no hay oficiales, son confusos. Fedea estimó en 2024 que había 1,4 millones de fijos discontinuos. El sindicato USO calcula unos 850.000 con trabajo y 735.000 sin él. Al mismo tiempo con récord de empleo y mínimos oficiales de paro aumentan los perceptores de desempleo y ya son 1,75 millones. Realismo mágico-galáico-laboral. Es la balada incompleta y estival, quizá apócrifa, de los fijos discontinuos que trabajan. «No lo sabemos, no, no lo sabemos», escribió Torrente Ballester.