«De Bellum luce»

El balón vasco de Vox será el inmigrante

La migración va a ser uno de los grandes asuntos de los próximos meses y la realidad social acompaña a discursos que oficialmente resultan políticamente incorrectos, pero que, sin embargo, la gente los percibe como un problema real en su día a día

Vox tiene un escaño en el Parlamento vasco. En términos cuantitativos de representación se juega muy poco en estas próximas elecciones autonómicas. Pero ese diputado tiene un alto valor simbólico, después de que el partido confirmara su fracaso en Galicia y sin expectativas de tener buenas noticias electorales próximamente. La sociedad vasca vive en su microclima, con su sistema propio de financiación, acostumbrada a un nivel de protección social del que dicen ya incluso algunos dirigentes del PNV que «a la gente todo se le hace poco», aunque resulten vergonzantes las cifras de algunas de las ayudas.

El espacio vasco deja poco sitio a Vox para ser eficaces con sus mantras más significativos, salvo el de la inmigración. No preocupa por igual en todas las provincias, pero sí han hecho el estudio de campo y han visto que tienen un buen caladero en Bilbao, donde las cifras confirman la sensación social de que los delitos los cometen mayoritariamente extranjeros, sobre todo marroquíes. En un nivel medio-alto de ingresos, la principal preocupación es la inseguridad, y ahí atacará Vox para salvar ese escaño, que los sondeos, cierto es, ya no recogen mayoritariamente, pero en el que les va la vida para poner sordina a la idea de que son un partido en declive.

Este escaño es también muy importante en los equilibrios en el Parlamento vasco porque si le cayera al PP, y este partido consiguiese arañar otro diputado de otros espacios, podría hacer cierta sombra al PSE, al que el último CIS ya se ocupó de regalarle la fotografía demoscópica que más le conviene.

Vox tiene por donde atacar porque entre todas esas ayudas que salen de Ajuria Enea resalta el efecto llamada que genera la renta mínima de inserción. Una familia con dos hijos puede vivir de las ayudas públicas (hasta 1.500 mensuales), lo que Vox presentará como un despilfarro de recursos públicos que podrían ir a los vascos que se dejan la piel trabajando.

Aun así, lo tienen difícil porque este discurso también estará en la campaña de los populares, pero los de Abascal aprovecharán el campo vasco para calentar el balón de un tema que agitarán de nuevo en las elecciones catalanas y, por supuesto, en las europeas. La migración va a ser uno de los grandes asuntos de los próximos meses y la realidad social acompaña a discursos que oficialmente resultan políticamente incorrectos, pero que, sin embargo, la gente los percibe como un problema real en su día a día. Y si no que les pregunten a los que ven como en su barrio instalan un centro de menores no acompañados y esto hasta deprecia el valor de las viviendas más cercanas.