El canto del cuco

El bienio negro

Este ha sido un bienio negro, el más negro de la etapa democrática, con la imagen de Paiporta en primer plano.

Mañana se cumplen dos años de las elecciones que sirvieron a Pedro Sánchez , a pesar de perderlas, para mantenerse en el poder, apoyado por la extrema izquierda y los separatistas de la periferia. Han sido dos años poblados de sobresaltos, escándalos y corrupciones, que han llevado al presidente, según confesión propia, a plantearse en serio la dimisión en varias ocasiones. Hasta el punto, según colaboradores cercanos, de que la campana del verano le ha librado de tirar la toalla. Eso y el «caso Montoro», que ha animado un poco a sus seguidores y ha detenido momentáneamente el golpeo de los populares. Así gana tiempo y recupera el resuello. Ahora se ha ido a Chile a recibir el aliento de la izquierda zapateril americana antes del reparador descanso veraniego, pagado por el Estado.

Este ha sido un bienio negro, el más negro de la etapa democrática, con la imagen de Paiporta en primer plano. El Gobierno, sin Presupuestos ni planes de futuro, está a merced de los nacionalistas vascos y catalanes, cada día más exigentes bajo la amenaza de dejarlo caer. Las últimas concesiones están soliviantando al resto de las Comunidades, incluidas las de dominio socialista. La «autoamnistía» de los golpistas catalanes a cambio de los siete votos de Puigdemont es un escándalo irreparable. La «banda del Peugeot», con Cerdán en la cárcel y Ábalos y Koldo esperando turno, a la espera de nuevas revelaciones, atañe de cerca a Pedro Sánchez. Lo mismo que lo de su mujer y su hermano. El aprovechamiento personal de los negocios prostibularios de la familia de su esposa, el lenguaje soez y el comportamiento machista de la gente de su máxima confianza provocan la fuga imparable del voto femenino. En política exterior, España, enfrentada a EE.UU e Israel, ha perdido el rumbo y el prestigio en Europa. En fin, este bienio negro ha roto la concordia constitucional, destruido los puentes entre «las dos Españas» e impulsado a la extrema derecha.

Dos años después de aquellas elecciones en plena canícula, el PSOE está por debajo de los cien escaños. Según el Observatorio sociológico de José Antonio Gómez Yáñez, uno de los más fiables, el cartel electoral de Sánchez ha perdido en el último mes un millón doscientos mil votos, y el derrumbe sigue, mientras la derecha supera ya ampliamente los doscientos escaños. Con Cerdán y Asociados ha habido una explosión en la sala de máquinas y «la santabárbara del PSOE saltó por los aires, despedazando a su electorado». Ahora la duda es si conviene aguantar o convocar ya elecciones para evitar el hundimiento total.