Modelos políticos

Igual que en economía, en política no funcionan a la perfección los modelos fuera de pizarras. papeles o pantallas. Así, no hay políticos liberales ni, en rigor, políticos socialistas, sino un amplio, variable e impredecible abanico de propuestas híbridas entre libertad y coacción. Como en democracia el poder requiere la legitimación periódica del votante, el ingrediente de la ficción, o la mentira, constante en política desde los tiempos más remotos, rompe los diques. La búsqueda de medidas que cuenten con el asentimiento de mayorías en cada momento del tiempo conduce a dilemas de imposible solución, porque las reclamaciones sociales en contextos de amplio intervencionismo son sistemáticamente contradictorias.

Como la alternativa de dejar a la gente en paz está descartada, la única salida que tiene la política ante esa circunstancia es decidir ella misma cada vez más cosas en nombre del conjunto, y decidirlas "democráticamente", es decir, impidiendo que la ciudadanía elija otra cosa que no sean las personas que a continuación eligen en su lugar. Ignoro si este problema tiene solución realmente, pero podemos consolarnos ante la pérdida de libertades con sentido del humor. Tiene mucha gracia el ministro Montoro alegando que la subida de impuestos es necesaria para el crecimiento. Y aún más gracia tienen los socialistas cuando dicen que ellos les subirían los impuestos sólo a los millonarios, cosa que no han hecho jamás.