"Animaladas"

Leo con -no sé exactamente qué calificativo dar a la sensación- que "un hombre de 28 años fue encontrado por una patrulla de la policía mientras copulaba con un burro".

Algunos lo llamarían desesperación. Yo sólo pienso en qué debió pasar por la cabeza de ese hombre para ser capaz de empalmarse ante la presencia de un asno.

Sigo leyendo... "Al preguntársele por su comportamiento, el acusado explicó que él había pagado los servicios de una prostituta y que esta se convirtió en burro sin que se diera cuenta".

Aquí me viene a la mente el gracioso de turno que comenta la noticia con su grupo de amigos y suelta por su boca "eso me pasó el domingo por la mañana cuando me desperté en casa de la tía a la que me ligué la noche anterior".

(¿Ahora quién es el asno?)

Según concluye la información, el zoofílico fue atrapado "in fraganti"y por casualidad. "Los agentes pasaban por un recorrido de rutina junto a su casa cuando vieron al animal, que yacía en el suelo atado y al hombre en plena faena, según publica "The Huffington Post"".

Y no es el primer caso que leo y/o escucho. Hace unos años, en un programa de radio de "desahogos"al que los oyentes llamaban y contaban sus problemas, un hombre revelaba que le excitaba untarse Nocilla en el pene y que su perro la lamiera.

Y el año pasado, Reuters se hacía eco de la prohibición por parte de la Cámara Alta del Parlamento holandés del sexo entre personas y animales en los Países Bajos. En concreto prohibían "la distribución, producción y venta de contenido zoofílico, ya que se estimaba que casi el 80 por ciento de la producción mundial de pornografía animal se realizaba en la tierra de los tulipanes".

Y no son los únicos que toman medidas. Otros países ya dictaron normas relativas a este fenómeno. Sin embargo, se sigue practicando. Así, mientras unos lo consideran una parafilia, otros alegan que no hay problema mientras no se haga sufrir al animal.

Y me pregunto... ¿Los rebuznos del burro habrán sido de placer o se estaría quejando?