No es lo que parece

IU y las filtraciones de los gastos reservados

La Razón
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¿Por qué no se suprime la comisión de gastos reservados del Congreso de los Diputados? No tiene mucho sentido su existencia si no se respeta su principal condición de ser, la naturaleza secreta de lo que allí se debate y analiza. En la medida en que el compareciente y todas las demás partes saben que al minuto siguiente de que se levante la sesión la información será radiada puntualmente, pues la verdad es que no da en ningún caso lugar a un debate de altura, serio y de Estado como el que haría falta. Lo más curioso es que los filtradores de los "secretos"están perfectamente identificados. El premio se lo lleva Izquierda Unida, ya que a Gaspar Llamazares no le duelen prendas airear toda la información a la que acaba de tener acceso por su privilegiado estatus parlamentario. Las fuerzas mayoritarias son más respetuosas y se cuidan a la hora de actuar de voceros del contenido de la comisión secreta, como si les pesase más su condición de partidos de gobierno. ¡Pero no hay que preocuparse, porque ahí están las minorías, libres de carga, como en tantos otros casos! Por cierto, si alguien pensaba que la vida parlamentaria no podía ser más cómoda, erró. Al final, por esto de acortar las sesiones y dejarles más tiempo a Sus Señorías, este pasado martes hasta se menguó el tiempo de intervenciones para que el Pleno no se prolongase más de lo debido, y raro ya es el jueves en el que hay actividad plenaria. Ya bien se encargan de comprimir los debates para que los representantes de las soberanía nacional puedan quedar liberados de sus obligaciones el miércoles a mediodía. El resultado es que nuestro Parlamento se ha convertido en una sucesión de monólogos, preparados previamente. Tan constreñido y artificial es todo que hay a quien se le olvida cuando toma la palabra que poco antes AENA y los sindicatos acaban de llegar a un acuerdo. Así le ocurrió este miércoles a un diputado del PP que no tuvo los reflejos de actualizar la pregunta sobre el nuevo conflicto aéreo que ya se traía escrita de casa. ¡Viva la altura de nuestro debate político!