No es lo que parece

La huelga general no es el fin

La Razón
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En el PP, no ya en Moncloa, reconocen que una huelga general no tiene por qué ser el fin de un Gobierno. Admiten también que Rodríguez Zapatero ha decidido jugárselo todo a dos cartas: el discurso ortodoxo, el que antes le reprochaba Rajoy que no tuviera, y buscar desesperadamente a la izquierda después del verano. Dicen en el PP que a Zapatero le viene mejor aguantar la presión de una huelga general, y medirse con unos sindicatos debilitados, que demostrarse incapaz de poner en marcha una reforma laboral. Y asumen que si esa reforma llega al Congreso y vuelven a votar que "no", entonces darán muchísimos argumentos a quienes pregonan el mensaje de que el PP sólo busca sacar ventaja de la crisis. Hasta consideran en el PP que si el necesario ajuste presupuestario va acompañado de un plan de reformas que generen confianza, la luz al final del túnel podría verse antes de lo que las previsiones más pesimistas auguran. Conclusión: que si la economía da un respiro, todavía queda partido electoral por librar, aunque a día de hoy parezca que el PSOE ha tocado suelo y que Rodríguez Zapatero ha perdido su estrella entre los votantes de izquierda.