Ruedas pelig.rosas

Un año azul

Lisboa
Lisboalarazon

El miércoles, 2 de abril, fue un día azul en el mundo entero. Por unas horas, los edificios emblemáticos de las principales ciudades del mundo cambiaron de color para llamar la atención sobre el autismo, un trastorno de la comunicación que afecta a uno de cada 150 niños en el mundo, convirtiéndose así en la discapacidad infantil de mayor prevalencia. En España se calcula que hay alrededor de 50.000 pequeños que sufren TEA (Trastornos del Espectro del Autismo), y unos 500.000 adultos en una situación verdaderamente difícil.

El TEA no es una enfermedad -aunque muchos así lo ven-, ni tampoco un estigma, -en muchas conciencias se establece como normal el uso del término autista frente a que nadie diría "canceroso"al referirse a alguien que padece cáncer-, ni tampoco una especie de gen antisocial –es general pensar que un niño con autismo sólo quiere estar aislado-.

El TEA es un trastorno neurológico que suele durar toda la vida. No tiene cura pero sí muchos tratamientos o terapias que pueden mejorar la calidad de vida de los afectados. Se presenta en cualquier grupo racial, étnico y social, y es cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. Tiene el agravante de que no se suele diagnosticar hasta los tres años, por lo que la falta de una intervención temprana no sólo agudiza el efecto del TEA sobre el niño, si no que provoca un shock fuerte en el ámbito del pequeño que a veces puede durar hasta toda la vida.

Con la declaración en 2007 por parte de la ONU del 2 de Abril como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, se han dados pasos de gigante en la sensibilización de las sociedades sobre este trastorno. Pero queda mucho por recorrer. El martes, pueblos, ciudades, organismos e instituciones se unieron a la campaña mundial Ligth It Up Blue en los cinco continentes. Fue una conseguida forma de llamar la atención sobre la necesidad de seguir investigando sobre este trastorno, de que los planes de Sanidad contemplen los tratamientos completos desde muy pequeños, de que los sistema de enseñanza sean realmente prácticos y beneficiosos para estos niños, de que la inserción laboral y su continuidad en el tiempo sea de una vez una realidad en los adultos con Tea, de que las barreras deben desaparecer, de que... un sinfín de cosas, que se unieron a noticias esperanzadoras lanzadas el mismo día azul: 8 nuevos descubrimientos científicos sobre la autismo; nuevas pruebas de que el autismo podría originarse en el embarazo; o guías para detectar el trastorno lo más temprano posible, entre otras.

Pero en este mundo que todo va tan deprisa, donde las redes sociales matan en cinco segundos los acontecimientos y los dejan desfasados, es necesario trabajar para que todo el año sea azul y las personas afectadas con este trastorno neurológico alcancen una vida digna. Y eso se consigue si entre todos luchamos porque las pomposas declaraciones del día azul sean una realidad y no caigan en saco roto.

Puedes enviar tus comentarios o sugerencias a ruedaspelig.rosas@pelig.es