Sobrevivir en Londres

Primeras entrevistas en un Londres en construcción

Central de Battersea
Central de Battersealarazon

Paseo por cada calle principal de Londres dejando currículum en cada establecimiento. El sonrojo con el que empecé esta actividad se ha ido disipando. Todos los que me han atendido, excluyendo rara excepción, han sido realmente amables y cordiales. Tantos aquellos que me decían que dejara mi currículum, como los que me comentaban que no buscaban a nadie en ese momento.

He realizado dos entrevistas. La primera en español para una vinoteca a orillas del río Támesis; la segunda, en inglés, en un ITSU, cadena de comida rápida con variantes orientales. Ahora espero una llamada que de momento no llega. No me desespero. Desde Madrid siento todo el apoyo posible y el aliento necesario para continuar mi búsqueda.

Mi compañero de viaje, Agustín, ha encontrado un trabajo temporal hasta el final de las navidades en un Bar-Pub en Canary Whorf, a unos 10 minutos caminando de nuestra residencia. Hace de todo un poco. Recoge los vasos, pone el lavavajillas, limpia las mesas... Cuenta que el ambiente es agradable pero el trabajo duro. Cobra el salario mínimo, aquí fijado en £6.31 para los adultos.

Mientras camino por el centro de esta heterogénea ciudad me va sorprendiendo cada día más la cantidad de obras de gran magnitud que existen en activo. Pregunto en un bar por información al respecto y me cuentan algo que desconocía por completo. Alrededor de la central de Battersea que dejó de producir electricidad en 1983, mítica por ser la portada del disco Animals de PinkFloyd, está en construcción Nine Elms, el mayor proyecto inmobiliario de toda Europa. Se levantarán 16.000 viviendas además de 600.000 metros cuadrados de zonas comerciales en donde surgirán dos nuevas estaciones de metro.

Salgo de aquel bar de toque irlandés con la sensación de que ninguno en esa larga barra de madera se sentía preocupado por la crisis actual. Quizá es lógico en un país que no llega al 8% de paro.

Al llegar a Old Baley vislumbro que aún queda alguna pancarta de la protesta de la semana pasada contra la islamización de Reino Unido, la cual, pude contemplar en directo de casualidad. En las inmediaciones del Tribunal Penal Central se pueden leer panfletos con el eslogan: "Restore Capital Punishment"(Restauración de la Pena Capital). La protesta había sido convocada por simpatizantes del Partido Nacional Británico (BPN) y algunos veteranos de guerra. El motivo que originaba esta manifestación era que dos musulmanes de origen nigeriano comparecían ante un tribunal por la muerte del soldado Lee Rigby el pasado mayo.

Los pocos que sujetaban estos carteles eran la antítesis de lo que demostraba la propia calle, donde se vislumbra que Londres es un auténtico crisol de culturas en el que su impersonalidad juega aquí un rol positivo. También los estilos se entremezclan unos con otros en una acera en donde parece no haber manadas, sino animales de mil tipos caminando o corriendo hacia su destino. "Nadie te va a mirar, ni aunque te esfuerces", me afirmaba un amigo sonriendo antes de comenzar este viaje.

Las mañanas de búsqueda de trabajo continúan. Cada vez más cortas, pues son varios los establecimientos que me comentan que es más óptimo y cómodo que rellene la solicitud vía internet. Por otro lado, algunas cadenas tienen un centro de trabajo en dónde dejar el currículum o buscar trabajos disponibles a través de sus ordenadores (véase pie de página).

Una de estas últimas tardes, mientras degustaba con felicidad y añoranza el poco embutido español que me queda, me di cuenta de que seguía sin lloverme en Londres. Con el esfuerzo que había realizado para que cupiera ese paraguas que tanto empeño tenía mi madre que me llevara en mi maleta de mano, pensé.

Buscando datos me di cuenta de que es realmente un mito, pues sin ir más lejos, Barcelona posee una mayor precipitación anual que la capital británica. Sin embargo, el gris es el color elegido que dibuja el cielo londinense antes de que caigan sus noches interminables. La ausencia de horas de sol te confirma que no estás en casa. Pero todo tiene su parte positiva: así disfrutas más tiempo de la iluminación navideña