Borrás González

La Real Academia de las Ciencias de Suecia otorgó hace unos días el Premio Nobel de Química 2024 a David Baker, por el diseño computacional de las proteínas, y otra mitad conjuntamente para Demis Hassabis y John Jumper, por la predicción de la estructura proteica. El vínculo con España se llama María Borrás González, tiene 18 años, estudia biotecnología en Madrid y ha trabajado con David Baker.

María reconoce: «desde pequeña he ido buscando programas científicos para trabajar en laboratorios, empezando por la ciudad de donde vengo, Tarragona. Hice varios programas de investigación en Barcelona y luego me moví al ámbito internacional».

Con tan solo 15 años le surgió la oportunidad de hacer un programa en la Universidad de Harvard sobre ingeniería bioquímica y vida sintética. «Me abrió un nuevo mundo a todo el tema de investigación biomédica», señala María.

Su gran oportunidad llegó en el Baker Lab, que se centra en el diseño de proteínas y cuyo investigador principal es David Baker. Allí pudo analizar miles de proteínas y ver qué estructuras tridimensionales van a tener para determinar y analizar cómo se van a poder utilizar en lo que se conoce como «medicina de precisión», sumamente beneficiosa para todos los pacientes de enfermedades víricas, como la gripe o el COVID, pero también para quienes sufren cáncer porque va directamente a la fuente del problema, en vez de atacar a muchas más células del organismo como hace, por ejemplo, la quimioterapia.

Ayer fue el Día Internacional del Dolor, que es lo más humano y democrático que existe, y María Borrás entrelaza la rama médica con la ingeniería para que todos nos beneficiemos de estos avances.

Quienes atravesamos dolor y múltiples intervenciones, así como los que se beneficiarán a futuro, animamos a María a seguir investigando: gracias por diseñar nuevos fármacos contra el cáncer y evolucionar hacia una industria química más verde ¡incluso recién estrenada tu etapa universitaria!

Un gran ejemplo de talento español.