Tribuna

Brecha importante en la ONU

Rusia y Ucrania ni pueden ganar ni tampoco perder la guerra por lo que la estrategia de salida no es fácil

En la última votación de la ONU, que condena la invasión de Rusia sobre Ucrania, observamos que, 141 de las 193 naciones de la organización, sin duda una gran mayoría, la han respaldado, pero otras 52 naciones han votado en contra, se han abstenido o simplemente han estado ausentes. Las 52 citadas, que son el 27% de la asamblea de la ONU, representan el 75% de la población mundial y de ellas 33 han aumentado considerablemente, alrededor de un 41% de media, sus relaciones comerciales con Rusia.

Agrupándolas, mas o menos, en áreas distintas dentro de los continentes observamos el siguiente panorama de países que se han abstenido y aquellas que han votado en contra o han estado ausentes, como se indica en cada caso:

Naturalmente Rusia y Bielorrusia han votado en contra de la Resolución.

China, India, Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka e Irán se han abstenido. Este grupo representa un peso e influencia importante en el devenir de la guerra.

Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán, Mongolia, Turkmenistán (ausente), que, junto con Armenia, Bielorrusia y la propia Rusia forman la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) creada exprofeso para contraponer a la OTAN.

Angola, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Zimbawe, prácticamente todo el cono Sur africano se ha abstenido, lo que muestra la influencia de Rusia en el Sur de África.

Uganda, Burundi, Sudán, Congo, Camerún (ausente), Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau (ausente), Senegal (ausente), Togo, Tanzania (ausente) muestran lo mismo en el Centro de África.

Armenia y Azerbaiyán (ausente),

Vietnam, Corea del Norte (en contra), Laos. La impredecible Corea del Norte, del lado de Rusia, representa una amenaza nuclear permanente para los aliados en general y los EEUU y Japón en particular.

Bolivia, Cuba, El Salvador, Nicaragua (en contra), Venezuela (ausente) en Hispanoamérica

Argelia, Mali (en contra), República Centroafricana, Burkina Faso (ausente), Gabón, Guinea, Guinea Bissau (ausente), este escenario que representa el sur del Sahel, además de Argelia, muestra las buenas relaciones de Rusia con esos países, esenciales para la seguridad de España, y cómo el vacío dejado por Francia está siendo ocupado con diligencia por Rusia ante la inacción exterior de España. Creo que nuestro país debería pensar en las acciones a medio y largo plazo después de la guerra de Ucrania, que permitirá a Rusia ir pasando factura en áreas como el Sahel a países como España y Francia. El tiempo nos dará o quitará la razón, pero la prospectiva podría ser nada halagüeña.

Etiopía, Eritrea (en contra)

Líbano (ausente), Siria (en contra)

La votación, propiciada por la Unión Europea, manifiesta una brecha global importante, en la que a pesar de que solo el 27% de países no han apoyado el cese de hostilidades y la retirada de Rusia de Ucrania, representan 1/3 del PIB global y 2/3 de la población mundial.

La resolución no es vinculante, pero muestra una falta de unanimidad en la Asamblea General ante la guerra de agresión de Rusia sobre Ucrania, lo que unido a la incapacidad del Consejo de Seguridad para forzar un cese de hostilidades convierten a la Organización Internacional en simplemente un escaparate de las diferencias entre las naciones en un asunto de vital importancia para la paz y estabilidad mundiales como es el conflicto de Ucrania.

Finalmente, la reciente conferencia de Múnich ha mostrado el deseo de los participantes de que Rusia no gane la contienda para evitar que continúe su expansión en Europa oriental. Yo creo firmemente que Rusia no tiene capacidad, e incluso ni intención, de ocupar toda Ucrania y menos cualquier otro país. A pesar de los deseos y del apoyo internacional, la derrota de Rusia es bastante improbable, como así coinciden la mayoría de los analistas nacionales e internacionales, y la derrota de Ucrania es bastante indeseable para la comunidad internacional pues representaría un fracaso difícil de compensar. En definitiva, Rusia y Ucrania ni pueden ganar ni tampoco perder la guerra por lo que la estrategia de salida no es fácil.

La votación en la ONU ha puesto de manifiesto una brecha importante entre las naciones que apoyan el cese de hostilidades, la mayoría, y el resto, que es una minoría, pero con un peso en las relaciones comerciales e internacionales globales nada desdeñable además de un peso demográfico incontestable. La UE y la OTAN deben considerar esta situación con esmero.