Aunque moleste

La brecha de Occidente

El bloque USA-UE está con Trump más dividido que nunca

Desde que volvió Trump, el mundo ha cambiado, y de qué manera. China, Rusia y Brics al margen, lo que se constata en el llamado Occidente colectivo es una fractura que antes del líder «maga» no existía. El bloque USA-UE era compacto, liberal de izquierdas o centroderecha, partidario de un nuevo orden mundial unipolar dirigido por las élites occidentales, sin fisuras en asuntos clave como Ucrania, Israel, el cambio climático o la pandemia. Con Trump todo ha cambiado. Occidente está más dividido que nunca, con al menos tres corrientes que se evidencian de manera clara con motivo del conflicto en Palestina. De una parte, el bloque «liberal-wokista»: la izquierda extrema, la izquierda caviar sorista, el Partido Demócrata americano, Starmer y Sánchez, todos en lo esencial unidos al centroderecha globalista de la UE (Macron, Merz, Tusk y Von der Leyen). El bloque dos, o del ultra sionismo, con Netanyahu, Trump, Milei o Bolsonaro, amén de gran parte de las nuevas derechas europeas. Y un tercer grupo emergente, representado por el «idealismo maga» o «maga-auténtico», alejado de Trump como consecuencia de Palestina, y formado por los seguidores de Charlie Kirk, en sintonía con Elon Musk, Tucker Carlson o el populismo no sionista.

Alguien dirá que es contradictorio que Trump y Kirk estén en bandos diferentes, pero no lo es en absoluto. La brecha entre uno y otro se produjo como consecuencia de la respuesta militar israelí a la masacre de Hamás del 7 de octubre. Tanto, que ambos llegaron a discutir a gritos en la Casa Blanca. Kirk siempre defendió a Israel, pero en los últimos tiempos se alejó de Netanyahu, a causa de la ocupación de Gaza. «¿Por qué en Estados Unidos existe menos libertad para criticar a Netanyahu que en el propio Israel?», se quejó en público y ante Donald Trump. Denunció Kirk la ineficacia del Gobierno de Netanyahu como consecuencia de las fallas de seguridad que permitieron la entrada de los terroristas palestinos que masacraron a 1.200 civiles y tomaron 250 rehenes. «Tengo que ser cuidadoso al decir esto», dijo más adelante: «Van a intentar una limpieza étnica en Gaza... Están hablando de remover 2,5 millones de personas de allí». La Liga Antidifamación Judía (ADL) se enfrentó a Kirk por éste y otros comentarios, insertando a su organización, Turning Point USA, en su «glosario de extremismo, odio y terrorismo».

Kirk dejó de hablar de Bibi Netanyahu después, y no volvió a hacerlo nunca más. Lo mataron de un tiro en el cuello en Utah. Sus seguidores explican que lo que el sionismo ultra quiere en realidad es poner al mundo contra Israel para acelerar la guerra final en la que, de acuerdo con sus escrituras, «se enfrentarán a todas las naciones», a las que derrotarán «con la ayuda del Señor» (y de EE. UU, cabría añadir).

Aclaran que esa es la explicación de por qué cierta parte del sionismo, Soros y sus izquierdas y liberalismo «woke», está excitando el «odio a Netanyahu», como forma de provocar el enfrentamiento de «todas las naciones» contra Israel, en una contienda mundial de la que éste saldría vencedor, según predice su religión.

Conspiraciones al margen, aquí está parte de la explicación de la fractura de Occidente. Por eso, aunque el plan de Trump es bueno, no cerrará el conflicto.