Sin Perdón

El cacao mental de los sanchistas

«Les han convencido de que la palabra federalismo es la piedra filosofal que resuelve todos los problemas»

Hay que reconocer el voluntarismo y la ignorancia, que van unidos, de la izquierda política y mediática a la hora de interpretar la compleja situación actual, así como de intentar sacar partido para que sigan fluyendo los recursos públicos a sus bolsillos privados. Es la constatación de que no se puede alcanzar ningún acuerdo con el sanchismo. Hemos pasado del socialismo constitucionalista al esperpento ideológico surgido del Pacto del Tinell. Por el camino, se han impuesto los políticos profesionales surgidos de las organizaciones juveniles. A duras penas una carrera y ninguna experiencia más allá de la patética carrera de honores basada en los cargos alcanzados a dedo o la designación en las listas por el aparato del partido. Ningún esfuerzo para sacar una oposición, salvo honrosas excepciones, o tener experiencia en el mundo empresarial. Es un socialismo que desprecia el mérito y la capacidad, porque es coherente con su propia trayectoria personal. No quieren compañeros que les pongan ante el espejo de su propia mediocridad. Esto explica que les resulte prioritario seguir en la política. Cuando se pierde el poder, el partido actúa como agencia de colocación.

La última ocurrencia que he leído tiene como protagonista a un fino jurista e intelectual como Eneko Andueza, que es el secretario general del PSOE en el País Vasco. Por supuesto, es otro prodigio de la carrera de honores basada en la organización juvenil. Ha decidido que la solución mágica es reformar la Constitución para ir a un modelo federal que permita encajar la situación territorial de España. A los dirigentes socialistas les adoctrinan con este argumentario y se convierten en predicadores, aunque no tengan ni idea de lo que hablan. Les han convencido de que la palabra federalismo es la piedra filosofal que resuelve todos los problemas y que si la repiten con insistencia conseguirán la conversión de nacionalistas e independentistas. No se cómo piensa reformar la Constitución. Por supuesto, podría dedicar algún tiempo al aprendizaje, hay excelentes catedráticos que han escrito sobre la materia, e incluso se podría animar a estudiar el grado de Derecho. Es más útil en este terreno que ser politólogo.

Francisco Marhuendaes catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)