Canela fina

China: éxito de Pedro Sánchez

«Sánchez a Xi Jinping: la OTAN quiere la paz en Ucrania, sobre la base de que el agresor es Rusia y el agredido el país atacado»

Tal vez no sea razonable pero sí es explicable que el Partido Popular niegue al PSOE el pan y la sal. El periodismo serio, sin embargo, debe limitarse a cumplir con su función social: administrar el derecho que tiene la ciudadanía a la información veraz, así como ejercer el contrapoder que consiste en elogiar al poder cuando el poder acierta, criticar al poder cuando el poder se equivoca, denunciar al poder cuando el poder abusa.

En los seis últimos días he leído, he escuchado, he visto incontables informaciones y comentarios sobre la visita del presidente del Gobierno a China, algunos apologéticos, otros muchos escarnecedores. El análisis objetivo exige dejar claro que el viaje de Pedro Sánchez a China, segunda potencia del mundo, ha sido un éxito para el presidente del Gobierno español. Ofender la realidad es propio de mercaderes o de embaucadores, escribió Ortega y Gasset, primera inteligencia del siglo XX español. China es una nación de 1.400 millones de habitantes y también una destacada potencia militar y económica, regida autoritariamente por Xi Jinping. Pedro Sánchez ha sido recibido con máximos honores y escuchado con atención por el líder del gran país asiático, nación a la que conocí con cierta intensidad cuando en ella pasé el exilio al que me envió el dictador Franco, irritado por el artículo que publiqué en la tercera del ABC verdadero el 21 de julio de 1966, titulado: La Monarquía de todos.

Y lo más importante: el presidente español no le ha dorado la píldora ucraniana al dictador amarillo, sino que le ha expuesto con prudencia, pero con firmeza, la posición de la Unión Europea. Las naciones de la OTAN desean la paz en Ucrania, manifestándose siempre en contra del agresor –la Rusia de Putin– y en favor del agredido: Ucrania. China puede hacer de árbitro sobre estas premisas y eso supone concesiones por ambas partes en la guerra cruenta que el heroico pueblo ucraniano libra contra el áspero rival ruso.

Bien por Pedro Sánchez. Se ha apuntado un gran triunfo personal y también un éxito para España. La objetividad exige reconocerlo así, sin que eso suponga disminuir la crítica a los tenaces errores del sanchismo en los últimos años.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.