La situación

El CIS y nuestro dinero

«No será este uno de esos casos que la legislación española define como malversación de fondos públicos»

Es un buen consejo aquel que recomienda contar hasta diez antes de reaccionar a algo que pueda resultar indignante. Permite darse una mínima oportunidad para reprimir impulsos que, después, pudieran provocar arrepentimientos. Eso ha hecho quien esto escribe, dejando pasar unos días desde la última vez que hubo un motivo para la indignación: el sondeo del CIS de la semana pasada.

En España hay una institución pública que consigue provocar esos impulsos malsanos cada vez que se dirige a los ciudadanos. Se trata del otrora conocido como Centro de Investigaciones Sociológicas, y ahora, más propiamente, como «el CIS de Tezanos». El desdichado transcurrir de sus días en esta etapa sanchista ha hecho que aquello que en épocas pasadas era una sospecha de cierto partidismo hacia quien estuviera en el poder –porque ese recelo, basado en hechos reales, siempre ha existido–, se haya transformado en un desdén generalizado hacia sus encuestas, cuando no en el motivo de abundantes chanzas, chirigotas y jocosidades, con la notable salvedad de quienes sienten especial preocupación por lo que nuestros gobernantes hacen con las aportaciones del contribuyente. Aquellos que están en esa corriente de pensamiento, más vigilante con el quehacer diario de Moncloa con el dinero de otros, se sienten estafados y tienden a preguntarse si no será este uno de esos casos que la legislación española define como malversación de fondos públicos. Aunque, dada la facilidad con la que tal delito se amnistía en España, es inevitable despeñarse hacia la melancolía.

Los resultados de los sucesivos sondeos del CIS de Tezanos no merecen añadir comentario alguno al que la propia encuesta genera sobre sí misma en cuanto se coteja con las realidades electorales. Sí resulta pertinente plantear el debate sobre la verdadera necesidad que podamos tener los españoles de que haya un organismo público que se dedique a hacer sondeos. ¿Cuál es la utilidad que los ciudadanos podemos encontrar en que cada nueva encuesta del CIS nos informe de que el partido en el poder ganará las próximas elecciones? ¿Cuánto dinero del contribuyente debe gastar quien está en el poder en decirse a sí mismo que no lo perderá?