El canto del cuco

El cisne negro

Lo peor de todo es que el presidente Sánchez, cuando pactaba con los herederos de ETA, debería haber previsto la jugada. Se comprueba ahora que quieren conseguir con las urnas lo que pretendían con las armas

La presencia de 44 etarras, algunos condenados por delito de sangre, es considerada por algunos observadores como el «cisne negro» de la presente campaña electoral. Su impacto puede ser determinante en el resultado final. Nassim Nicholas Taleb publicó en 2007 un libro en el que desarrolla una atractiva teoría sobre los efectos inesperados de determinados acontecimientos. Llama así –«El cisne negro», título de la obra– a un suceso raro, que sorprende de entrada al observador, produce un gran impacto y, visto en retrospectiva, se concluye que era de esperar. El cisne negro es la «rara avis» del poeta latino Juvenal, que inspiró al ensayista norteamericano de origen libanés. Este oscuro y raro pájaro anida en el País Vasco y planea sobre las urnas.

La presentación de la lista de Bildu cumple las tres condiciones. De entrada ha sorprendido la inclusión de tantos etarras, la mayoría sin dar muestras de arrepentimiento, y, sobre todo, de los que tienen las manos manchadas de sangre, algo que puede ser legal, pero es indecente, como ha dicho Pedro Sánchez. Sobre el impacto en el resultado de las elecciones, está por ver; pero se ha convertido en uno de los temas más estruendosos de la campaña, que no favorece precisamente a la izquierda. Dime con quién andas y te diré quién eres. El «sanchismo» está encadenado a Bildu y a ERC para sobrevivir. Por lo pronto, aunque es lo de menos, la sombra de Otegui barre la imagen de la «visita electoral», tan soñada, a la Casa Blanca. Lo peor de todo es que el presidente Sánchez, cuando pactaba con los herederos de ETA, debería haber previsto la jugada. Se comprueba ahora que quieren conseguir con las urnas lo que pretendían con las armas.

Es verdad que estamos ante unas elecciones locales y regionales, por lo que debería primar en la campaña, y en los motivos para votar, la política de cercanía –la vivienda, la sanidad, la escuela, los transportes, los precios…– y la categoría de los candidatos del lugar; pero es un hecho que los dirigentes nacionales –tanto Sánchez como Feijóo– se han involucrado de lleno en la refriega como si ésta fuera la primera vuelta de las generales. Ya no hay marcha atrás. Los resultados del día 28 se van a interpretar en clave nacional. Y, entre los grandes asuntos nacionales, la política de pactos es por su trascendencia, como se ve, un asunto fundamental, ineludible. De ahí el revuelo generado por la aparición en el País Vasco de este «cisne negro», cuya presencia está dando que pensar a muchos votantes socialistas.