Reyes Monforte

27 millones

27 millones. Ese es el número de seres humanos que viven esclavizados en el mundo, según un estudio realizado recientemente en Estados Unidos. Sin embargo, muchos creen que la cifra es mayor. Cuando los números empiezan a tener nombres, rostros y apellidos el drama se engrandece. En 1873, hace 140 años, se abolió la esclavitud en la España peninsular y, sin embargo , a día de hoy, se calcula que 50.000 personas viven esclavizadas en nuestro país, víctimas de la esclavitud sexual y laboral. Mujeres, niños y hombres captados por mafias en los países del Este, en Latinoamericana o en África y traídos a España donde permanecen secuestrados, maltratados, humillados, amenazados, obligados a prostituirse, a mendigar, a delinquir... Hace casi tres años se reformó el código Penal para incluir en el artículo 177 bis la trata de seres humanos. ¿Creen que ha servido para algo? Inevitablemente, cada vez que conocemos noticias como esta, se reabre el debate sobre la conveniencia o no de legalizar la prostitución, sobre un necesario endurecimiento de las penas para este tipo de delitos, donde se contemplen condenas más duras para los proxenetas que no se conforman con romperle la vida a la mujer sino que destrozan la de sus hijos. Incluso muchos vuelven a poner sobre la mesa la necesidad de ser más estrictos con la inmigración sosteniendo que en muchos países europeos , ejemplos de democracia y de modernidad, no permiten que ningún ciudadano foráneo permanezca en su suelo sin tener un trabajo. Desconozco dónde está la mejor solución, pero desde luego, no ayuda que en España sea más fácil que manden a un inspector de Hacienda a los templos de esta esclavitud moderna para recaudar los impuestos correspondientes a su actividad, antes de enviar inspectores de policía. Da que pensar.