Julio Merino
1792
El proceso revolucionario que juzgaba a Luis XVI de Francia y su futuro comenzó el día 10 de diciembre de 1792 y duró 5 días. Fue durante aquellas terribles noches en la torre del Temple cuando el Rey, ya sólo el ciudadano Luis Capeto, aprovechó para escribir su testamento, un documento de gran valor político que daría mucho que hablar tras su muerte. Según uno de los propios verdugos, «el Rey soportó todo lo del cadalso y la guillotina con una compostura y una firmeza que nos asombraron a todos nosotros. Estoy convencido de que sacó su fortaleza de los principios de la religión, de los que nadie parecía más convencido y afectado que él».
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