Julio Merino

1953

Fue un éxito absoluto, París se puso a sus pies, era la cumbre del teatro del absurdo. Sucedió tal día como hoy de 1953, la obra se llamaba «Esperando a Godot» y la firmaba Samuel Beckett. Sin embargo, el irlandés la había escrito en 1940, recién comenzada la II Guerra Mundial. «Esperando a Godot» se divide en dos actos, y en ambos aparecen dos vagabundos llamados Vladimir y Estragon que esperan en vano junto a un camino a un tal Godot, con el que al parecer tenían una cita. El público nunca llega a saber quién es Godot, o qué tipo de asunto han de tratar con él. En cada acto se menciona que Godot no vendrá hoy «pero mañana, seguro que sí».