¡A casa del abuelo!

El gasto total en alimentación en España aumentó el 0,6 por ciento en 2013 con respecto a 2012, alcanzando una cifra de 101.250 millones de euros, según el informe presentado la semana pasada por Miguel Arias Cañete. Eso puede ser un síntoma de que hemos tocado fondo y ha comenzado la recuperación económica. Los datos suponen la ruptura de la tendencia a la baja constatada en los dos años anteriores. El gasto total en los hogares fue de 69.225 millones de euros, con un aumento del 3,8%. Los productos frescos supusieron el 42% del volumen total consumido y un 45% del gasto. Según destacó el ministro, la calidad ha vuelto a ser el condicionante máximo a la hora de optar por el consumo de un producto, en lugar del precio.

Lo más llamativo del citado «papel», aunque no sea novedoso, porque ya se registró en años anteriores, es que, si se analizan los datos de consumo por tipos de hogares, destaca que los formados por jubilados fueron de nuevo los que más consumieron en 2013, con 970 kilos/litros por persona y año, muy por encima de la media que se quedó en 676. Arias Cañete dijo que ello se debe a que los jubilados pasan más tiempo en casa y reciben a otros familiares.

Creo que el ministro tiene razón, aunque sólo en parte, porque muchos abuelos lo que han hecho ha sido resolver el problema de la alimentación de sus hijos y nietos afectados por la crisis y el paro, gracias a sus pensiones y a los ahorros de toda una vida. ¡Niños, vamos a comer a casa de los abuelos!