Julián Redondo

A espabilar tocan

El 24 de octubre de 2014 disputó Rafael Nadal su último partido. En Basilea le derrotaron Coric, una apendicitis y la espalda, y no tiene por qué ser éste el orden de los factores que alteró el producto más fiable del deporte español. Pero Rafa ha vuelto y el domingo en Doha, donde defiende título, dará pistas sobre su estado físico, que, si es óptimo, le permitirá soñar con repetir triunfo en Australia dos semanas después. Su reto ya no es desbancar a Djokovic del número 1 en una carrera extenuante y desenfrenada. Poco a poco. Primero, los «Grand Slam» –suma 14, como Sampras–, y en ese objetivo el décimo Roland Garros aparece en el horizonte como meta inexcusable. Y si se encuentra bien y la espalda, las rodillas y las muñecas dejan de fastidiarle, no sería descabellado verle en el equipo de la Davis que capitanea Gala León para ganarse una plaza en Río, donde sería el abanderado español en 2016.

Nadal inicia la reconquista en los albores de 2015 y Alonso, el 15 de marzo. De nuevo él y McLaren (Honda) juntos con Ron Dennis de aliado o de mosca cojonera, se verá. El reto, desbancar a Mercedes, superar a Red Bull y confirmar la degradación de Ferrari. Antes de que el bicampeón afronte la hazaña, la España de balonmano intentará renovar el título de campeona del Mundo. En mayo, Contador pugnará por ganar otra vez el Giro, posiblemente a Nibali, y el Tour, a Nibali y a Quintana. Si le quedaran fuerzas, no descarta la Vuelta para batirse con Froome. Mucha tela y no son sus desafíos más sencillos que los de la reina Mireia. La cita de Belmonte es el Mundial de Kazán; la del baloncesto masculino, el Eurobásquet con los Juegos Olímpicos en lid. La papeleta.