Pedro Narváez

A la oposición le gustan los zoquetes

El Informe PISA para adultos, que nos coloca a la cola de la OCDE en compresión lectora o en matemáticas, nos ha retratado ante el mundo como un puñado de zoquetes que no entiende «El Quijote» ni distingue las ofertas 3x2 en el supermercado, un rebaño al que le divierte quedarse relaxing cup mirándose el ombligo de la ignorancia. Ahora pueden hacer el clásico chiste de iba un español, un inglés y un alemán a un híper y reírse de la incultura de un pueblo que no lee, no escucha y mejor que no hable. ¿Para qué quieres que hable para joderla? Eso es la marca España: un título a cuatro columnas en las páginas del Wall Street Journal. Un triste tigre que nos devora alegremente cada día: yo lo que quiero es que coma el tigre y además me paguen por ello. Después de los millones de euros invertidos en educación venimos a decir que estudien otros. Para eso no hay protesta en pelota picada en el Congreso donde valen más seis tetas que seis carretas de libros. La oposición le dijo ayer al señor Wert, que se despelota verbalmente porque ya lleva desnuda la cabeza, que se tapara sus vergüenzas y que su medicina, aun sin ser testada, se le retirará al enfermo nada más dejen los populares la bancada azul. Todas las leyes educativas de la democracia han sido retoños socialistas que han dilapidado el dinero público como la herencia de la pobre abuela que no sabía programar la televisión pero bien que llevaba sus cuentas. La excusa de que las nuevas generaciones saben moverse con soltura entre las nuevas tecnologías es el gran consolador a falta de pechos en la tribuna. El examen que nos puso la OCDE fue un striptease en el que carne cruda se relajaba sobre un puñado de huesos. Aun así la oposición se unió en una cama redonda sin vergüenza y con los calcetines puestos. He aquí el cuerpo educativo. Como espectáculo pornográfico igual encuentra un hueco en el late night. Mi madre ponía flores a la virgen del Carmen en el liceo de los carmelitas para que el niño aprobara. No le fue mal. Cuando quieran sus señorías que les explique el método. Va a ser que el milagro español era eso.