Toni Bolaño
A por Cataluña
Pablo Iglesias llegó a Barcelona con el viento a favor. La última encuesta del CIS catalán le situaba como fuerza más votada en unas generales y, en caso de autonómicas, su formación rompería el actual mapa político catalán con 10 diputados. Otras encuestas, todavía le otorgan más representación.
Con este escenario, el líder de Podemos marcó su hoja de ruta en su primer mitin en Barcelona. Dejó claro que Podemos quiere plantar cara a «la idea de país» patentada por CiU y Mas, y seguida por el conjunto del soberanismo. De sus diatribas no se libró nadie. De CiU, dijo que era la misma casta que PP y PSOE, y la ligó directamente con la corrupción y con las políticas de recortes. A la CUP les afeó el abrazo de su líder, David Fernández, a Mas la noche del 9-N. ERC, tampoco se fue de rositas por ser cómplice de esta idea de país. En definitiva, Podemos quiere erigirse en una fuerza antinacionalista y no independentista, culpando de la situación política catalana, a la casta. A la de Madrid y a la de Barcelona.
Con este movimiento, Pablo Iglesias deja claro cuál es su estrategia en Cataluña. Al ponerse frente a Mas y Rajoy quiere recoger tanto al votante abstencionista decepcionado con la situación política y económica, como al votante decepcionado con el PSC, Iniciativa e, incluso, del PP, poniendo una cuña frente al nacionalismo totalmente diferente a las conocidas hasta ahora. También se desmarca de Ciudadanos. Mientras Albert Rivera quiere reformar el sistema, Iglesias apuesta por abrir un proceso constituyente en el que el derecho a decidir de Cataluña se enmarque en un proceso de radicalidad democrática que califica «decidir sobre todas las cosas» y no sólo sobre «patrias de pulsera». O sea, rechaza el derecho a decidir tal y como lo ha acuñado el soberanismo.
Está claro que Iglesias ha planificado con detenimiento su viaje a Cataluña y ha dejado claros sus mensajes. No sólo se erige como baluarte ante la casta de Madrid, sino también ante la catalana. La personifica en CiU, pero la hace extensiva al conjunto del soberanismo. Hasta ahora, las encuestas le iban bien y no se conocía en detalle su posición. Ahora, la posición ya está fijada y Podemos puede hacer trizas el mapa político catalán. Y estas trizas se podrán encontrar el proceso soberanista. Este dato lo tiene en cuenta Mas que, cada día que pasa, parece menos dispuesto a adelantar elecciones.
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