Enrique Miguel Rodríguez

Abismo fiscal

Este titular, que posiblemente es uno de los que más ha sonado en los últimos días, expresa como pocos la tremenda situación en la que estamos instalados. Saben que el origen del tema se refiere a USA. Hay que ver en lo queda el mayor imperio conocido y, con el reduccionismo de las siglas, estamos al borde de un precipicio que da mas vértigo que la película del mago del suspense. Pero como no vamos a sentirnos al borde del abismo, si la todavía primera potencia se halla en semejante estado, ¿qué nos espera al resto de los humildes mortales?

El 2013 llega con mil predicciones, pero desgraciadamente no son ni de Rappel, ni de Octavio Aceves, ni tan siquiera de la bruja Lola. Ni la bruja Aramis Fuster, a los que siempre deja en interdicción de espectáculo y jarana. Los que hablan, los que pontifican, son presidentes de grandes medios económicos, que no dejaron oír su voz cuando la gran crisis, como el más terrible tsunami, se aproximaba a las costas de la estabilidad financiera.

Lo que estos gurús proclaman son más problemas. Para calamidades no se necesitan más altavoces. Vamos a pensar en la cabalgata de los reyes magos y disfrutemos de ella a través de la mirada ilusionada de un niño. Mandemos a hacer puñetas a tanto listo, pensemos que esta antigua y gran nación llamada España ha salido de peores crisis en los últimos 50 años de su milenaria historia, y lo ha hecho siempre a pesar de sus políticos, con trabajo y con muchas ganas de salir del pozo. Vamos al tajo y desmontemos a la teutona Angelita, que cantando aquello de «Cómo me la maravillaría yo» se encuentra remedio al desaliento. Con todo este torpe galimatías, lo que quiero es dar las gracias y desearles un buen año 2013, a todos los que se acercan al quiosco y tienen el buen gusto de comprar un periódico, aunque no sea éste. De corazón, feliz año.