Julián García Candau
Afrenta en La Murta
El Olímpic (por favor no es Olimpíc) hizo la hazaña de su historia al empatar con el Real Madrid. El club, de gran tradición dentro del fútbol valenciano, y ciudad en que nacieron el valencianista e ilicitano Iborra y el infortunado ilicitano y madridista Ballester, ha tenido en sus equipos jugadores que han significado mucho en los campeonatos en que ha participado. Aún hay gentes que recuerdan la media Sarrión y Pedro y aquél singular Prieto, que renunció al fútbol, en el que pudo ser gran figura, porque lo que deseaba era ser maestro.
El empate setabense ha hecho traer a la memoria los deseos de muchos de que la Copa se pueda disputar al menos en algunas fases a partido único. El sistema se probó y no gustó. Ciertamente, en una ocasión como esta podía haber sucedido que el Olímpic eliminara al Real Madrid como este cayó en ocasiones precedentes con el Alcorcón y a partido doble. Todos los grandes tienen muerto en el armario.
La competición a partido único necesitaría acuerdos de solidaridad, reparto de ingresos. Si se aceptara ir a partido único habría que ajustarse a lo que decidiera el sorteo. La doble confrontación tiene la ventaja de que en La Murta pudieron ver al Real Madrid y ello no es mala compensación. Cualquiera que sea el sistema, al final, salvo sorpresa, los grandes quedan por delante. Lo que personalmente me disgusta es el sorteo tan anticipado, con lo que ya se conoce el camino a seguir. Lo tradicional y lo más emocionante es sortear tras la disputa de cada eliminatoria.
Posdata. El Real Madrid no tiene justificación. El empate es afrenta.
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