Reyes Monforte

Amor cruel

Amor cruel
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Es desgarrador ver cómo por imperativo legal una madre o un padre son separados de sus hijos en un escenario de dolor, impotencia y violencia. Las imágenes de la madre valenciana arrastrándose por el suelo, subiéndose al furgón policial donde viajaban sus hijos y el padre de éstos, encarándose a la policía con uñas y dientes para evitar su marcha no creo que dejen indiferente a nadie. Tampoco creo que nadie pueda sentirse contento y orgulloso aunque se haya salido con la suya. Son muchos los casos que se están produciendo en la que padres de diferente nacionalidad se disputan la custodia de sus hijos de la manera más cruel posible. Quizá uno de los más sangrantes es el de la abogada valenciana María José Carrascosa, condenada a 14 años de prisión en los Estados Unidos por traerse a su hija a España huyendo de una situación personal penosa junto a su marido norteamericano. La diferencia es que ella lleva varios años encarcelada por ejercer su derecho de custodia sobre su hija, reconocido por la Justicia española pero no así por la estadounidense, que dio la razón a su súbdito. No es de recibo que según el país en el que te encuentres seas o no culpable de un delito. La Justicia debería estar más a la altura de los acontecimientos, los gobiernos tendrían que defender con más ahínco los intereses de sus ciudadanos y los padres deberían ser más responsables y consecuentes con la vida de sus hijos, a los que muchas veces tratan, ellos los primeros, como simples mercancías, moneda de cambio para su propia satisfacción o sed de venganza. Eso no es amor, es crueldad.