Alfonso Ussía
Antisemitismo
No podré comprender jamás el antisemitismo de las izquierdas españolas. Me refiero a las izquierdas que añoran las «chekas», reciben dinero de Irán –donde lapidan a las mujeres adúlteras y crucifican a los homosexuales–, y niegan la existencia de presos políticos en Cuba y Venezuela. El mundo del Coletas y de Meyer.
Israel es un milagro nacido en un desierto. Israel es la única democracia del Oriente medio, y el muro que separa la libertad occidental de la Edad Media. Por eso es tan aborrecida por nuestras izquierdas indignadas esa nación admirable y fundamental. Se amontonan ideas extrañas y confusas en mi capacidad de reflexión. ¿Es posible que las izquierdas radicales de España pasen por encima del Holocausto y cierren los ojos ante los crímenes masivos del comunismo? Es posible. Es una realidad. Para esas izquierdas tan indefendibles en un sistema democrático, Hitler y Himmler tuvieron razón. Las masacres exterminadoras de los campos de concentración del nazismo, son capítulos históricos merecedores del olvido. Lamentan su realidad, sencillamente. Ellos están con los palestinos, que después de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron la opción de obtener un territorio similar al de Israel y lo rechazaron. Los judíos conforman un pueblo fuerte, resistente y trabajador. En la memoria de sus millones de muertos asesinados por Hitler y Stalin construyeron una nación. Y de aquel desierto que les entregaron, levantaron un vergel, una sociedad libre, una economía saneada y una voluntad de comunicación con sus inseparables vecinos palestinos, los mismos que no supieron hacer un vergel de su desierto porque renunciaron a él. Cuando de las entrañas de las arenas quemadas nacieron vides y naranjos, los palestinos se apercibieron de su error.
Israel es la nación, la confluencia de hombres y familias desperdigadas por el mundo, que más ha padecido a los tiranos, los de derechas y los de izquierdas, los nazis y los comunistas. Corazón de Europa en el corazón del odio. Siglo Veintiuno rodeado del Medievo. Tolerancia religiosa ante la violencia del Islam mal interpretado, que ya es hora de que algún islamista lo interprete bien, aunque se antoje imposible semejante hazaña. Y la izquierda española abomina de Israel y de los judíos, mártires contados por millones en las salvajadas nazis, y mártires no tan contados en las barbaridades comunistas. Todo el amor por los palestinos, todo el odio hacia Israel. Y ese es problema, y lo repito. Israel es Europa, es la emigración de rusos, sefarditas españoles, franceses, alemanes, y centenares de miles de norteamericanos que abandonaron su comodidad para levantar la vida en un desierto. Israel es la democracia. Israel no lapida a mujeres adúlteras, ni tortura y asesina a los homosexuales. Se dice que el pueblo de Israel fue el culpable de la muerte de Jesucristo. La comunidad «Deicida», la maldita. En este apartado, los comunistas españoles se sienten identificados con quienes mantienen semejante necedad. Israel, abrazo a todos, ramos de olivo, pensamiento abierto, pueblo europeo descolocado en el mapa, nación desolada por su martirio.
Nunca entenderé el jeroglífico mental de las izquierdas españolas. Odian al pueblo que más ha sufrido a los tiranos. A quienes defienden la realidad o la quimera de Europa y sus derechos humanos desde la primera línea de fuego. Me encantaría que algún perroflauta me explicara algún día los motivos de su odio a quienes mueren por sus libertades.
✕
Accede a tu cuenta para comentar