
Alfonso Merlos
Aplicar un doble rasero
Son los intocables. Porque son diferentes, superiores, virginales: nunca fallan, no perpetran irregularidades, no incurren en ilegalidades, y defienden al pueblo llano de los poderosos... Hasta que les pillan con el carrito del helado. O con los pisitos de protección oficial. Y ahí estamos.
Es una vergüenza la reacción que han tenido Tania Sánchez, unos cuantos de sus correligionarios y su actual pareja ante el escándalo que le salpica a la primera, y que hoy se amplifica con la exclusiva que publica LA RAZÓN. Se debe exigir a la nueva «hembra-alfa» de la extrema izquierda más explicaciones que ayer, pero seguramente menos que mañana. A ella y a su progenitor.
Es inaceptable que cuando algunos de los dirigentes de PP y PSOE son investigados o aparece alguna información comprometedora acerca de su gestión se les tache de «casta», se les considere políticos que se blindan, se esconden, que son incapaces de pisar la calle y actuar con transparencia. Pero ellos no.
Por lo visto a Tania y al clan partidista/familiar de IU en Rivas les basta con denunciar una campaña de juego sucio, de machismo, de venganza de la derecha frente al potente apogeo demoscópico de los campeones de las propuestas antisistema. ¿Puede aplicarse un doble rasero de modo más patético?
Seguramente sí. Pero es evidente que hay un puñado de elementos mediáticos entre los nostálgicos del comunismo en España dispuestos a instituirse en «una casta buena». A ellos les debe estar permitido todo, sólo ellos conocen la pócima mágica de la regeneración, sólo ellos explican desde un fortuito error burocrático lo que podría ser un caso flagrante de corrupción y palmario de nepotismo. Pero no cuela. Ahí están las viviendas. ¡¿Qué pasa con ellas?!
✕
Accede a tu cuenta para comentar