Lucas Haurie
¡Arriba España!
La secretaria general del Partido Popular regional, Dolores López, fue víctima de un (dizque) lapsus cometido durante un mitin en el que cerró su intervención al grito de ¡Arriba España! Nadie conoce el origen exacto de una voz que la década de los treinta del siglo pasado fue adoptada por los falangistas. Con la memoria histórico/histérica hemos topado, por consiguiente. Estas cosas deben evitarse, siquiera sea por el qué dirán o para ahorrarse el oprobio de tener que pasearse con las redes sociales en actitud penitente, la cerviz inclinada y la cabeza cubierta de ceniza. Hace años, cuando en los periódicos trabajaba mucha gente, el responsable de un dominical se fue a la calle por un desafortunado titular que mandó poner en la portada. Se anunciaba un reportaje sobre las zonas más deprimidas de la Italia meridional y quiso jugar con la expresión «porca miseria». Nada hay más ofensivo en el país de la bota que decir «Porca Italia», justo lo que a este buen hombre se le ocurrió escribir para desesperación de su corresponsal en Roma, que firmaba la pieza, y cabreo cósmico de la embajada. Esta anécdota, o sea, demuestra que los políticos jamás asumen sus responsabilidades. En una empresa seria, ciertos deslices se pagan con el despido. Pero en el «kindergarten» de Morenilla, pese a que la militancia de base de la Andalucía rural se parte los cuernos para desmentir la insidiosa (y extendida) teoría de que el PP es hijo del franquismo, la monumental cagada de López se salda con un tuit de disculpa, y pelillos a la mar. Luego, se enfadan cuando se les afea su condición de casta y cuando se les recuerda lo cómodos que viven en esa Consejería de la Oposición que les sufraga generosamente la Junta.
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