Cristina López Schlichting

Así sería un gobierno de izquierdas

La Razón
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Dicen que ya está. Que, con la cesión de senadores, ha amarrado el PSOE a Pablo Iglesias; con la promesa de la España federal, a Puigdemont y Esquerra, y con el apoyo económico a la plataforma independentista Udalbiltza en Vitoria, el del PNV. Pues si es así, se ha cumplido lo que escribí aquí el 13 de diciembre: «Los planteamientos de Pablo Iglesias son de intransigencia soviética con todos los que no piensan como él y completamente inviables matemáticamente. Son los mismos que hizo Tsipras en Grecia. Hay quien considera imposible que Podemos llegue al Gobierno, pero yo he asistido en Atenas a la entronización del líder de Syriza, mientras sonaban de fondo la Internacional y las canciones revolucionarias latinoamericanas. Más sabe el diablo por viejo... Ha llegado el momento de preguntarse qué va a pasar si hay Frente Popular, como lo llaman los nostálgicos de la Segunda República. Tan sencillo como mirar las intersecciones (eso que aprendíamos en la EGB) entre los programas socialista y podemita. La palabra que más se ha repetido en la campaña de Pedro Sanchez es «derogar». Piensa derogar, que ustedes lo sepan, la reforma laboral, los acuerdos Iglesia-Estado y los cambios educativos. En todo ello coincide con Pablo Iglesias, que va más allá y promete la laicidad obligatoria, la eliminación de la casilla de la Iglesia en el IRPF o la incorporación al voto de cualquier extranjero, por el mero hecho de estar inscrito en el padrón. Con los posibles socios independentistas (PNV, Esquerra, Convergencia) comparten ambos socios la idea del estado federal y el referéndum –legal, eso sí– sobre la independencia catalana. Finalmente, Podemos tiene algunas metas sociales en las que seguro alcanza acuerdo: renta de 600 euros para los hogares en necesidad, 35 horas semanales, subida de impuestos y eliminación de cualquier deducción fiscal. Sólo me creo las dos segundas, porque a las dos primeras me apuntaría encantada, pero las cuentas no salen. La gente pregunta preocupada: ¿Qué va a pasar con un Gobierno de izquierdas? Y hay que contestar tres cosas. Primera, el capital inversor se marchará. Segunda, la legislatura será necesariamente corta (dos años máximo). Y tercero, como es imposible crear cinco millones de puestos de trabajo de golpe, el Ejecutivo intentará calmar la impaciencia de sus bases con mamporros contra la Iglesia, que queda muy lucido y sale gratis. En el programa de Podemos figuraba la eliminación de los dos artículos del Código Penal que definen como delito la interrupción en los actos de culto, así que prepárense para irrupciones en los templos y batallas procesionales. Al final, el Gobierno caerá con España más empobrecida, los parados cabreados y los pensionistas con un miedo atroz (en Grecia van a bajar ahora las pensiones los que prometían extenderlas hasta el infinito). Todo ello quizá tenga arreglo, pero el odio entre españoles se habrá profundizado y eso es cada vez más difícil de resolver.