Julián Redondo

Bale baja, Isco sube

Los cinco primeros equipos, en un baldosín de dos puntos. La Liga, comprimida como hace tiempo que no se recuerda. La puerta que derribó el Atlético la temporada pasada también la quieren aporrear el Sevilla y el Valencia. ¿Por segundo año consecutivo se van a despistar Madrid y Barcelona? Parece imposible; pero mientras unos y otros sacan los partidos adelante con más o menos dificultad, que la emoción no decaiga.

A priori, no se aprecian obstáculos extremos en la contienda del Camp Nou para el anfitrión, muy superior al Celta, pero tiene que demostrarlo y descartar cualquier efecto secundario de la dolorosa derrota en el Bernabéu.

El Madrid acude a Granada. A finales de los 70 y a primeros de los 80 arañar un punto en Los Cármenes imprimía carácter. Según se acercaba el día del partido, el parte de bajas en las filas madridistas no hacía sino alegrar el corazón de los suplentes, pero sin exagerar, que a la sombra de la Alhambra no veas cómo rascaban. Ya no es eso; aunque como en el caso de Isco, las molestias de Bale, que no terminan de desaparecer, se agradecen. La baja del galés es directamente proporcional al crecimiento del malagueño, sensación de la temporada.

Al Calderón llega el Córdoba justo ahora que el Atlético empieza a encontrarse, malo para Djukic, que se enfrentará a un equipo enrabietado con ganas de dar a sus seguidores el homenaje que no recibieron en la famosa y ya cansina gala. Mañana, Athletic-Sevilla y Villarreal-Valencia, no hay quien dé más. La Liga en un pañuelo que puede romperse en cualquier momento, porque las distancias presupuestarias entre los distintos adversarios son en la mayoría de los casos abismales. Tebas quiere 1.100 millones de la televisión para acortarlas. ¿Quién se los dará? ¿Quién ganará la Liga? Pues eso.