Cristina López Schlichting
Bendiciones del procés
Gano peso con la ansiedad, de modo que el «procés» me ha costado tres kilos más. Me encantaría echarme a Carles Puigdemont a la cara para reprochárselo, y también los perjuicios que los ansiolíticos ingeridos han tenido en muchos de mis amigos catalanes, las rupturas entre amigos y familiares por culpa de las discusiones políticas, los medicamentos para poder dormir. Sin mencionar la inseguridad generada entre la ciudadanía, el caos legal, el ninguneo de la oposición y la salida de las empresas de Cataluña. En medio de tan fúnebre paisaje ocurre –como siempre en la vida– que de este mal han devenido diversos bienes. Si me permiten, los enumeraré brevemente.
1. El procés nos ha devuelto la bandera nacional. Nunca hasta hora la he visto tan orgullosa y profusamente lucida. Y menos en Cataluña. Y aún menos por la izquierda. Asimismo hemos recuperado la bandera catalana. Como los independentistas han enarbolado la estelada (hay que ver qué fea) frente a la senyera, ahora la cuatribarrada es un símbolo de pluralismo y libertad.
2. La zozobra ha producido la unidad entre los partidos constitucionalistas. Es un placer escuchar a Borrell o Iceta en los mismos argumentos que Albiol o Arrimadas. Se ha renovado el pacto de la transición.
3. La mayoría silenciosa ha dado la cara. Las multitudinarias manifestaciones de Barcelona han dejado boquiabiertos a los partidarios de la secesión. Es increíble lo que el procés ha contribuido a la superación del miedo.
4. El Rey se ha ganado el puesto. Cada generación de un país tiene que hacer suyas las leyes, los principios institucionales, los símbolos y las tradiciones que ha heredado. Felipe VI ha sabido expresar la posición de la mayoría de la nación a favor del estado de Derecho y ha puesto nombre a la revolución de octubre: «Inaceptable intento de secesión».
5. Es verdad que hay mucho por hacer, pero el 155 ha materializado la ley y la presencia del Estado en Cataluña. Muchísimos catalanes respiran aliviados al saber que tras la Constitución hay un cuerpo ministerial y una administración que los defiende.
6. El procés ha sido la derrota diplomática del secesionismo. El espectáculo de Europa unida en torno a España ha desmontado años de propaganda labrada con dinero público. «Circo» y «cobardía» son algunas de las definiciones empleadas por la prensa europea ante la vergonzosa huida de Puigdemont a Bélgica.
7. Los acontecimientos han producido una profunda fractura en el independentismo. Hay sectores muy defraudados por la incapacidad de sus líderes para substanciar la ruptura. Y próceres definitivamente amortizados.
8. A medida que salen a la luz las investigaciones de la Guardia Civil y que se liquidan estructuras públicas creadas para el procés, se va haciendo la suma del dinero expoliado a los catalanes y la lista de los paniaguados del régimen, desde profesores universitarios a periodistas pasando por especialistas en todos los sectores. También la huida terrible de cientos de empresas ha tenido un aspecto positivo impensable: se acabó la eficacia del «España nos roba».
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