Lucha contra el desempleo

Buen mes, mal semestre

La Razón
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Los datos de paro registrado durante el mes de noviembre no han sido negativos: es verdad que el número de desempleados ha aumentado en 7.255 personas, pero el repunte es sustancialmente menor al de 2016 (momento en el que creció en 24.841 individuos). De hecho, si corregimos el guarismo por su estacionalidad (esto es, por aquellos componentes transitorios típicos de un mes de noviembre), comprobaremos que, en realidad, el desempleo descendió en 22.744 personas: monto que contrasta con el paro desestacionalizado de noviembre de 2016, el cual creció en 14.543. Dicho de otra manera, la cifra realmente relevante no es que en noviembre de 2017 el paro haya aumentado en 17.586 personas menos que en noviembre de 2017 antes de corregir la estacionalidad: el dato realmente relevante es que, una vez corregida la estacionalidad, en noviembre de 2017 el paro ha aumentado en 37.287 trabajadores menos que en noviembre de 2016. Ahora bien, no deberíamos caer en la complacencia a tenor de los presentes datos. Si, en lugar de centrarnos en estudiar la evolución del desempleo durante noviembre, analizamos todo el segundo semestre del presente ejercicio, el balance resulta mucho menos positivo. Entre junio y noviembre de 2017, el paro aumentó en 111.500 trabajadores, el peor dato desde el recesivo 2012; asimismo, el número de afiliados a la Seguridad Social durante este mismo período ha descendido en 15.300 individuos, frente al incremento de 20.200 ocupados en 2016. En otras palabras, basándonos únicamente en las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y de la Seguridad Social, todo parece indicar que experimentaremos una cierta desaceleración del ritmo de creación de empleo durante la segunda mitad del año. Por supuesto, todavía hemos de esperar a conocer las cifras de diciembre; y, a su vez, también hemos de tener en cuenta que la metodología de la Encuesta de Población Activa es distinta (y más fiable) que la del SEPE o la de la Seguridad Social, de modo que el resultado final podría variar. Sin embargo, la tendencia hacia el frenazo parece bastante asentada y convendría comenzar a tomar medidas para revertirla: en concreto, deberíamos profundizar en la liberalización del mercado laboral (ahondar en la reforma laboral que tan buenos resultados ha arrojado) así como aprobar una intensa rebaja impositiva (para lo cual es imprescindible recortar el gasto público). No hemos de confiar, sin más, en seguir con la inercia positiva... pues en algún momento puede detenerse.