Alfonso Ussía
Buenas aguas
La Reina ha entregado en Cádiz la bandera de combate al nuevo «buque insignia» de la Armada española, el «Juan Carlos I». Cádiz con su enclave de San Fernando, el Ferrol y Cartagena forma el triángulo anímico de nuestros marinos de guerra. Buenas aguas. A pocas millas del Ferrol se alza la Escuela Naval Militar de Marín. En un principio se pensó en Barcelona para el acto de entrega de la bandera de combate a este fabuloso buque de nuestra Armada, que sustituye al «Príncipe de Asturias», prematuramente dado de baja por problemas económicos. Ya se sabe. Aquí roban casi todos menos los militares, y aquí se rebajan los presupuestos de Defensa para no suprimir asesores, subvenciones chorras, gastos ingentes en mamarrachadas y demás delicias de nuestras diferentes administraciones. El alcalde de Barcelona, el señor «Tgjías» –se escribe «Trías»–, no consideró conveniente contaminar su puerto con el «Juan Carlos I» y menos aún que la Reina amadrinara al nuevo portaaviones de la Armada y que los uniformes militares dignaran con su numerosa presencia el solemne acto de la entrega. No deseaba oír el tradicional saludo a la bandera de nuestros marinos: «Dotación ¡Viva España!». El alcalde «Tgjías» no es excesivamente consecuente. En junio lo vi en el Palacio Real, en su capilla, muy ceremonioso y hasta cortesanuelo, asistiendo en lugar preferente a la Misa en memoria de Don Juan De Borbón. Lógico que la Casa del Rey invite al alcalde de Barcelona a un acto en el que se conmemora el centenario del nacimiento del penúltimo Conde de Barcelona, que fue además, un gran enamorado de Cataluña. El último y actual Conde de Barcelona, como es obvio, es el Rey, porque se trata de un título soberano de la Corona de España, un detalle que quizás ignora el alcalde «Tgjías». Podría haberse excusado,pero fue con Godó, que también pisó las reales alfombras a pesar de haber entregado al nacionalismo separatista su Grandeza de España concedida por el Rey en memoria de sus mayores, porque este Godó, méritos, lo que se dice méritos, acumula pocos.
Mejor en Cádiz. Buenas aguas las gaditanas, las de la bahía, las inmediatas a Rota, que será la base del «Juan Carlos I». Aguas cultas y atlánticas, océanas e históricas, con ese horizonte en el que se intenta adivinar el dibujo de las costas antillanas. Lo escribió Antonio Burgos en sus «Habaneras». «La Habana es Cádiz con más negritos/ Cádiz, La Habana con más salero». Lo cierto es que hay que agradecer al alcalde «Tgjías» su amable negativa. Pocos días después de la suciedad independentista que apoyó sin límites, quizá no era conveniente recibir en Barcelona a tanta nobleza y honestidad reunidas en un mismo acto. Además, que también Cádiz es Cataluña, porque de ahí partieron como embarcados de las flotas españolas miles de marineros catalanes en busca de futuros y aventuras. Como Cádiz es vasca, y gallega, y canaria, y valenciana, y montañesa con sus jándalos ultramarinos, y extremeña, que de esa tierra valiente de dehesas y sierras surgieron los grandes marinos que no habían visto jamás la mar. Buenas aguas las de Cádiz, que además bañan un talento popular e insuperable de siglos, aguas de la Atlántida, con su tenaza abierta desde el Puerto de Santa María, Puerto Real y Sanlúcar de Barrameda.
Un buque de la Armada como el «Juan Carlos I» no se merecía ese desplante grosero de «Tgjías». En Cádiz se sintió muy a gusto. Dotación: ¡Viva España!
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