Marta Robles

Burros de paja

Cuando creíamos que la doble moral era patrimonio casi exclusivo de los estadounidenses, y casualmente el mismo día que el senador republicano John McCain es pillado jugando al póquer en su móvil mientras el Senado decidía si atacar Siria, aparecen los parlamentarios británicos dando verosimilitud a aquello del dime de qué presumes y no tardaremos en saber de lo que careces. Al parecer, ni el humor inglés es tan exquisito ni la ejemplaridad de los parlamentarios ingleses es como la pintan. Casi al mismo tiempo que un parlamentario inglés proponía que de persistir la hostilidad española hacia Gibraltar se dijera al embajador español que «coja su sombrero, su burro de paja, su sangría y se marche» –echando por tierra la exquisitez que caracteriza al humor inglés–, conocíamos que durante 2012 se habían producido 300.000 intentos de acceso a páginas pornográficas desde el Parlamento inglés. Y conocer este dato –aparte del bochornoso y denunciable espectáculo que supone– dos meses después de que el primer ministro David Cameron anunciara que bloquearía el acceso a páginas pornográficas en el Parlamento después de matizar que la pornografía corrompe la infancia, no es que deje a sus señorías en un buen lugar. Por supuesto, todos esquivan responsabilidades argumentando que no saben si han sido los lores , los parlamentarios o cualquier otro personal de la Cámara, por lo que mucho me temo que al alguacil de turno ya se le está poniendo cara de cabeza de turco. Ayer los parlamentarios ingleses no tuvieron el mejor día para presumir de comportamiento ejemplar y mucho menos para dar lecciones. «Maybe next time».