Julián García Candau

Calma y serenidad

Calma y serenidad es el eslogan que Florentino Pérez pretende imponer en el Real Madrid. La etapa navideña, sin partidos, sin declaraciones que aumenten el incendio del vestuario, sin noticias sobre grandes fichajes, debe resumirse con la vuelta a lo programado. Mourinho pidió un portero y un lateral derecho después de haber contratado a los grandes expresos europeos, que acabaron siendo trenes de cercanías, y el presidente tiene en mente que con lo que hay en casa es suficiente para seguir adelante. Se confía en que los jugadores aún son capaces de conseguir algún triunfo brillante. Quedan por disputar, dando por concluida la lucha por la Liga, la Copa del Rey y la Liga de Campeones.

Es lógico que en el club existan grandes dudas metafísicas. Todo son especulaciones, pero en algún caso existe cierto fundamento. Mourinho es culo de mal asiento y da síntomas de querer cambiar. Proporcionarle ahora un par de fichajes deslumbrantes sería arriesgado, porque no hay certidumbre sobre su continuidad. Si ganara la Liga de Campeones, su salida sería casi segura porque podría marcharse oyendo la marcha triunfal. Si cayera antes, en el club no habría suficiente consenso para mantenerle. Se considera auténtica carga soportar sus impertinencias, sus constantes peticiones y sus actos casi vandálicos, como amenazar a un periodista junto a varios de sus acólitos.

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