Julián Redondo
Cándidos
A Deyverson le llega el balón dentro del área y lo descontrola, como si fuera un melón o estuviera pinchado. La oportunidad la pintan calva y el Levante la desperdicia. Aleja el Madrid el peligro y el balón, ¿pinchado?, cae a los pies de Morales en su campo y lo pierde con una ingenuidad que dan ganas de castigarlo de cara a la pared el resto del partido. La presión de Marcelo es efectiva frente al querubín granota, roba, combina con Cristiano Ronaldo, que le devuelve un balón en perfecto estado de revista y lo aloja en la red de Rubén. Del 0-1 al 1-0 por la mala cabeza de Morales. Pero la jugada tiene eco y algunos protagonistas repiten. Remata de cabeza Deyverson, hacia abajo, lo más cerca que puede del palo; se estira Keylor Navas, que empieza a caracterizarse por hacer milagros, y despeja. Organizado el contragolpe, la pelota termina en poder de Feddal que, en las inmediaciones de su área, se la pasa a... Kroos y éste a Cristiano, que desde la frontal lanza un proyectil inalcanzable para el atribulado Rubén.
Desastre consumado entre la poca fiabilidad del esquema defensivo del Madrid en la primera parte y la rotunda candidez del Levante. No hay constancia de que Alcaraz dejara sin postre a Morales y a Feddal o que los obligara a regresar andando a Valencia. La lectura del encuentro no admite matices: tres puntos para el Real, otro reconocimiento para el ex levantinista Keylor, siempre atento y efectivo; un gol más para Cristiano y otro abrelatas de oro para Marcelo mientras se espera a Bale, que estuvo un tiempo en el campo y no destacó en faceta alguna. Ausente Benzema, lo tenía a huevo para asociarse con Ronaldo y el consorcio no funcionó.
A miles de kilómetros del Bernabéu, la noticia era que Pau y Marc Gasol, muy a su pesar, no estarán el 23 en la entrega de los Premios Princesa de Asturias. Los Bulls y los Grizzlies les prohíben viajar a Oviedo a recoger su galardón. Todas las gestiones han sido infructuosas. Por desgracia, el deporte siempre choca con las barreras, el márketing y la idiosincrasia de los EE UU y los estadounidenses. Los antecedentes de Carl Lewis y Lance Armstrong eran un mal presagio. En la estela, Bulls y Grizzlies. Nos pasa como al Levante, que no aprendemos: 3-0.
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