Julián García Candau

Casillas y Villa

El público del Santiago Bernabéu adora a Iker Casillas y José Mourinho lo ningunea. David Villa es adorado por el Camp Nou y Tito Vilanova le hace de menos. Casillas sale a jugar y con tres intervenciones deja sentado que es un porterazo, aunque sólo un imbécil pueda afirmar que es mejor Adán. Villa salta al Camp Nou, marca dos goles y uno de artesanía que podían formar Messi e Iniesta y, afortunadamente, Jordi Roura solamente dice que irá mejorando.

La historia del fútbol español está plagada de hechos en que jugadores extraordinarios tuvieron papeles secundarios por capricho o ceguera de los entrenadores. Es cierto también que algunos se ganaron la suplencia por su vida privada o falta de interés en los entrenamientos. Los casos de Casillas y Villa están en el primer caso y va a ser difícil que acaben en segundo plano. Atesoran demasiada calidad y profesionalidad para que se les rebaje la autoridad moral y futbolística que poseen.

Casillas tiene más fácil recuperar el primer plano porque ni siquiera el manipulador Mourinho va a poder castigarle permanentemente. No tiene adversario para el puesto. El entrenador ha pedido un guardameta de fuera para ponerle en un brete y no lo ha conseguido. En su pataleta ha recurrido a Adán, a quien acabará convirtiendo en otra víctima. Villa no es la competencia de Messi, pero parece que no es el acompañante ideal. Sustituirle por Alexis es delito tan grave como pretender que Adán pueda hacer de Casillas.

Posdata. Fernando ex jugador del Valencia se postula como salvador del club. Su proyecto, sólo bla-bla-bla.