Julián García Candau
Clásico para mayores
Lo ocurrido al Barcelona en Pamplona no debe extrañar. En El Sadar ha habido ocasiones en que ha tenido que sudar sangre para ganar. El sábado se acrecentaron los problemas porque no crecieron los jugadores osasunistas, sino que se encogieron los barcelonistas. El Barça ya apuntó la pasada temporada dificultades para ganar. La solución final recayó en Messi y Martino, a la vista de la ineficacia de los suyos ante el marco pamplonés, recurrió a la medida balsámica de hacerle jugar un rato en el convencimiento de que acabaría por resolver el problema. Ni él, ni Cesc.
A Martino se le están ponderando las rotaciones a las que recurre para preservar a los mejores para los partidos trascendentales. Ha hecho descansar a varios jugadores y especialmente a Xavi, Iniesta, Piqué y Messi. Los hechos constatan que para vencer siempre hay que contar en la cancha con los mejores. Pretender que todos ellos disputen los partidos de Liga, Copa, Liga de Campeones y compromisos de sus selecciones es prácticamente imposible porque el cuerpo no aguanta. Y más cuando en el caso de algunos ya se ha superado la treintena.
El empate del Barça, acompañado de la derrota del Atlético ante el Espanyol, hizo de la victoria del Madrid frente al Málaga todo un botín. Los tres están más cerca y ello hace del clásico del próximo sábado acontecimiento de mayor orden que el que se habría dado con cinco puntos de diferencia. Tiene razón Rosell: el partido es para mayores de edad. Ahora, se la juegan los dos.
Posdata. Willy Caballero evitó que el mejorado Madrid lograra resultado escandaloso. Portentoso.
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