Martín Prieto

Corrupción como placebo

Confiemos en que Gonzalo Moliner, presidente del Tribunal Supremo, haya aprendido a no dejarse atropellar en un pasillo haciendo declaraciones deshilachadas poniéndole en el brete de no explicarse muy bien entre en acoso y la libertad de expresión. Con más claridad se expresa el Consejo General del Poder Judicial (que también preside) urgiendo 64 jueces de apoyo, 18 secretarios judiciales y 150 funcionarios para desatascar 1.661 procesos de corrupción en manos de 800 juzgados. Es un axioma jurídico que la Justicia lenta no es Justicia y la española es un quelonio. Un juzgado de Barcelona para dirimir si había injuriado y calumniado al benefactor José María Ruiz Mateos me mantuvo ocho años en libertad provisional bajo fianza millonaria para absolverme con todos los pronunciamientos favorables cuando ya se me había caído el pelo. No se entiende que nuestra Administración de Justicia trabaje con varios sistemas informáticos incompatibles entre sí, ni es creíble que un juez se lea en tiempo real un sumario de ochenta mil folios. Bárcenas será juzgado cuando hayan pasado otros dos gobiernos, y Urdangarín cuando el Rey haga carreras de obstáculos. El daño de tan puñetera demora es para el concepto de dar a cada uno lo suyo (San Agustín ) y para los propios imputados frívolamente arrastrados por el circo mediático que sí reparte con presteza sentencias inapelables. Todo el dinero mal habido en España no cubre nuestra deuda fiduciaria, ni de lejos, pero una cascada de fallos judiciales sobre esta grosera corrupción que nos aflige (propia de Atapuerca ) sería un placebo para el descontento social. Una generación no tendrá otro entendimiento con la Justicia que la que proporciona la televisión mostrando a Isabel Pantoja salir como la Blanca Paloma y entrar en su casa a Luis Bárcenas una y otra vez con las patillas de «El Tempranillo». La corrupción existente parece más de la que es y la Justicia-espectáculo es propia de las purgas estalinistas. No se puede ahorrar en todo; si el CGPJ pide jueces que se los den.