¡Cruyff en Chamartín!

No descubro nada si digo que la calidad del croata Luka Modric estaba, desde hace tiempo, más que contrastada. Lo demostró en la Premier y ahora lo está demostrando en el Madrid.

Modric se está convirtiendo en un jugador decisivo. Ha puesto encima de la mesa su carácter resolutivo en momentos complicados para el equipo. Lo hizo ya con el Manchester United en el partido de vuelta, con un golazo de antología, y lo volvió a hacer frente al Mallorca cuando el Real Madrid estaba con el agua al cuello. Se sacó un trallazo desde fuera del área, que recondujo un partido desnortado. Dos goles decisivos y para nada dos goles casuales. Dos goles que esconden mucho juego, mucha calidad y una frialdad imprescindible para solventar esos días en los que el Madrid se atasca y necesita alguien que con cabeza e inteligencia deje las cosas en su sitio.

Con el Manchester United y con el Mallorca lo ha hecho en menos de quince días. Le llaman en su país natal «el Cruyff de los Balcanes». Y, visto lo visto, no exageran en absoluto. Este chico es un auténtico acierto y está llamado a convertirse en pieza clave en el mecanismo de ataque madridista. ¿Quién lo iba a decir? Un nuevo Cruyff, el del siglo XXI, aterrizado en el Santiago Bernabéu. ¡Muchas tardes de gloria para Modric! ¡Y muchos días de gran juego para el Real Madrid! Con los goles que ya hemos visto, podemos esperar mucho.